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domingo, 12 de mayo de 2013

CRUELDAD



         Lo de menos es que se llame Isabella Barrett, que tenga 6 años y que lleve ya dos ganando todos los concursos de belleza a los que su madre Susanna, su principal asesora y la que vela por sus repletas cuentas bancarias, la presenta. Podría también llamarse Alana ´Honey Boo Boo´,  Eden Wood, Arancha, Stefy o sencillamente Mari Pepa o Wolfgang Amadeus Mozart, haber nacido en Estados Unidos, en Alemania, en España o en Pernanbuco. Todo eso es secundario y no afecta al contenido de lo que pretendemos decir.

         Lo que de veras importa es que tanto ayer como hoy hay niños que, por razón de su belleza o por su excepcional destreza en el manejo de una raqueta o de un instrumento musical, sus familias más cercanas, normalmente sus padres, se deciden a explotar comercialmente  haciendo de ellos verdaderos monstruos  de feria tipo la mujer barbuda o el hombre elefante y exhibiéndolos aquí y allá para morbo y deleite  de todo tipo de concursos, suprimiéndoles para siempre su infancia. En el caso de nuestro último fenómeno, Isabella Barrett, de la que nos han dado cuenta los periódicos esta misma semana, su madre y manager Susanna se llega a preguntar  si todo ese jolgorio lo estará montando en beneficio de su hija o en el de ella misma. Parece que lo resuelve de un plumazo y acalla su conciencia con el argumento de que la niña se lo pasa muy bien. En el caso de Mozart recuerdo que ya de mayor se lamentaba amargamente que cuando era un niño comía en la misma mesa que emperadores, príncipes y papas mientras que a sus treinta años, cuando verdaderamente era el músico más grande de todos los tiempos, tenía que comer en las cocinas con los criados.

         También en el caso de Issabella, esta niña americana que en estos momentos relumbra más que el sol, su madre Susanna argumenta como consuelo que en la cuenta corriente dispone ya de reservas económicas para asegurarse la solución de sus necesidades futuras de por vida. Y todo esto aparece en crónicas amarillas en las que uno al leerlas no puede interpretar con claridad si lo que hace el cronista es valorar la gesta del menor y su madre o pone en evidencia un caso sangrante de explotación infantil que los poderes públicos deberían atajar de raíz para proteger la dignidad de la infancia y para hacer que las familias desistan de las tentaciones de hacer de sus pequeños fuentes de explotación en su propio beneficio a cambio de  suprimirles para siempre su infancia, objetos de comercio con los que traficar, situación por cierto que no aparece para nada en el reportaje que nos ha servido de fundamento para este alegato en defensa de la infancia.

         Siempre me he preguntado si hubiera sido mejor que tanto Mozart como su hermana, que lo acompañaba siempre y de la que se habla muy poco, hubieran crecido siendo niños normales y corrientes aunque el mundo hubiera prescindido del genio de Wolfgang Amadeus antes que poder contar con su genio y saber que siempre fue un hombre resentido  e insatisfecho, incapaz de encajar su evolución personal. En el caso de Issabella no quiero pensar lo que tendrá que vivir cuando no sea capaz de ganar los concursos  de belleza, cosa que sucederá en cualquier momento. Desde luego sí tengo claro que ninguno de estos fenómenos forma parte de la lista de niños explotados laboralmente de los reportajes que periódicamente se nos muestran  con la intención de que este mundo mejore suprimiendo el trabajo de los niños. Diré para finalizar que hace unos años salió un anuncio de Iberia con ciento ochenta bebés que dibujaban con sus cuerpos la estampa de un avión. A esos bebés los llevaron encantadas sus madres y para hacer el anuncio tuvieron que pegarlos al suelo con los pañales durante el tiempo que duró la grabación porque de otra forma no hubiera sido posible.
         Socorro, por favor. Un poco de conciencia y de respeto por la vida y, en este caso, por la infancia.

5 comentarios:

  1. Hola , es increhible, pero cierto!
    Observamos como en el escaparate de la vida, sea aqui o alla, los seres humanos siempre son dominados por la ambicion y la avaricia, hasta el punto de olvidar a sus propios hijos e imponer sus planes y propositos muy por encima de los valores morales , el amor y la dignidad de sus propios hijos. Gran escrito, te felicito! Siempre es un placer leerte y ser sacudida por el poder de tus palabras muy bien pensadas y producidas por tu gran sentido y sensibilidad! saludos , Rose Marie

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  2. Una buena parte de nuestras particulares vidas consisten sencillamente en usurpar, manipular, explotar y malversar las vidas de los otros.
    Sea cual sea la motivación de los usurpadores (padres, managers, lugartenientes, representantes, espíritus de la mediocridad, algunos, con suerte, escapan de las garras del león que los apabulló y consiguen POR MÉRITOS PROPIOS traspasar tierras y cielos gracias a que la Naturaleza los concibió geniales. De estos, los genios, pocos, poquitos.
    A la mayoría, que ni son ni falta hace sean genios, los engulle la cloaca del olvido, que es la celebridad sin pies ni cabeza. La otra mayoría vulgar que los encumbra.
    Andando con la denuncia, Antonio.

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  3. Entre Mozart y esta niña se me ocurren un millón de diferencias, pero desde luego sus padres parecen cortados por el mismo patrón deforme.

    Un saludo

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  4. Hola Antonio me da mucha pena que conviertan a estas niñas, vistiéndolas de mayor para exibirlas.
    Las niñas deben de ser niñas y no monos de feria para exibirlas, además es muy peligroso..
    Yo misma me arrepiento de haberme cardado el pelo cuando sólo tenía 12 años y querer parecer mayor.
    En cuanto a Mozart, tenía entendido que sufría un retraso, el síndrome de Wiliams, que poseen un don especial para la música, pero tienen dificultades para otros apredizajes, dicen que no sabía abrocharse ni el cordón de los zapatos.No sé hasta que punto es esto cierto.
    Un abrazo, Montserrat

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  5. ¡Ah!, añado que la música es preciosa, Mozart fue un gran músico.

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