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domingo, 8 de abril de 2012

ESCRIBIR

En algún momento tenemos que descender a los aspectos concretos de la educación y no quedarnos sólo en las cuestiones de principio que, por otra parte son esenciales. El texto anterior hablaba de la lectura y de cómo los niños verdaderamente están leyendo desde mucho antes de que nosotros nos apliquemos a que dominen esa técnica. Algo parecido podemos estar planteando hoy con el tema de la escritura. En realidad no hacen falta grandes medios para hacer que un niño escriba. Casi desde el principio, apenas con algo más de un año si le ofrecemos a un niño un papel y un lápiz, ya dispone de lo imprescindible para escribir que, como sabemos consiste en ser capaz de expresar sus sentimientos y de comunicarse con los demás.


Hemos simplificado los conceptos, tanto el de leer como el del escribir y eso nos ha llevado a un error de concepto del que la mayoría participa. En su momento dijimos que leer es una cosa y leer letras es otra. Confundir esto significa perderse por completo. Lo mismo podríamos decir de escribir. Desde que somos capaces de plasmar algo en papel, bien con la mano, con cualquier otra parte del cuerpo o con un lápiz o cosa parecida estamos plasmando parte de nosotros y lo hacemos para que alguien pueda entenderlo. Esto es en esencia la escritura. A partir de ahí es cierto que tenemos una forma de expresión muy simplificada y sincrética. Pero eso es ya una cuestión menor. No hay más que ejercitar esa capacidad y los mensajes se van a transmitir de manera cada vez más compleja y más depurada. Nos recordarán cómo llegó la escritura a la civilización. ¿Quién no recuerda la piedra de Rossetta, conocida como el primer diccionario que se conoce ¿.


Los progresos en el trazo que se van produciendo por el ejercicio continuado van significando nuevas adquisiciones, tanto desde el punto de vista técnico como del contenido de los mensajes que pretendemos expresar y transmitir. En los conocimientos no avanzamos a saltos ni por inspiración de nada ni de nadie sino por puro ejercicio repetitivo, que es el que paso a paso nos va complicando las posibilidades y haciendo que nuestra capacidad se ensanche y se ahonde. Desde que somos capaces de expresar un trazo también somos capaces de contar el significado de ese trazo que en un principio va a sintetizar muchos mensajes posibles puesto que nuestros recursos son muy limitados. Pero a medida que vayamos desarrollando la técnica a base de repetición, los mensajes se van discriminando unos de otros en función del nivel de destreza que vayamos adquiriendo con el tiempo y con el ejercicio.


La adquisición de la noción de letra cuando se ha venido desarrollando un conjunto de destrezas gráficas casi desde el nacimiento, ciertamente se puede considerar un problema menor y de una importancia bastante limitada. Una vez que hemos ejercitado los fundamentos básicos de la escritura, expresar y comunicar, la técnica concreta en la que debamos, podamos o queramos realizarlo no deja de ser accesoria. Lo que pasa es que, bien por comodidad metodológica o por pura pereza mental, casi siempre se nos termina imponiendo a los educadores una metodología concreta y determinada, normalmente por editoriales que fundamentan su negocio en ella, y nos hacen que terminemos siendo simples seguidores de una manera, de las muchas posibles, para acceder a etapas más complejas del desarrollo. Igual vale la pena quitarnos el miedo de encima, dejar al margen bastantes convencionalismos sociales y plantearnos los fundamentos de la misión educativa que debemos ejercer y, entre nosotros y los pequeños crear un camino particular que nos lleve a los distintos conocimientos, en este caso al dominio de la escritura, sencillamente desarrollando las capacidades naturales de los niños, enfocadas a ese dominio concreto.

5 comentarios:

  1. Una magistral manera de destacar la importancia de esos primeros años en la calidad de esos futuros trazos en la escritura!

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  2. Muy interesante detenerse a los primeros pasos.
    Y en ellos solemos volcarnos con empeño los educadores. Al fin, sinenmbargo, siempre acaba imponiéndose la personalidad de cada cual con sus
    grafías. Hoy por hoy, afortunadamente desde hace casi medio siglo, se han fulminado en
    las Escuelas los asfixiantes métodos caligráficos, cuestión bien distinta a los
    primeros trazos que sí han de ser guiados.
    Las maestras, los maestros de Educación Infantil pueden dar testimonio en este aspecto.
    Un abrazo, Antonio

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  3. He leído los dos textos. Y si algo puedo constatar, como padre, es que los niños necesitan expresarse y, la escritura, un simple trazo en un papel dice mucho de como están anímicamente. Nunca debemos dejar de ofrecerles esta posibilidad.

    un abrazo

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  4. Hola Antonio.
    Aunque se ensucien com el niño de la foto, hay que darles colores y lápices.
    Yo aún me acuerdo cuando era pequeña, que puse las paredes de mi casa con garabatos.
    Un placer leerte.
    Un beso, Montserrat

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  5. Esta entrada, al igual que la anterior, me hace reiterarme en el respeto a los procesos madurativos.
    Estoy de acuerdo contigo.

    Otro abrazo.
    Mercedes.

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