Terminaron
las elecciones en Brasil. Ganó Lula por una diferencia de dos puntos. Perdió
Bolsonaro con sabor a victoria. Una importante parte del poder ha quedado en
sus manos o en las de los suyos. Lula tendrá que volverse loco para ejercer el poder,
que ha conseguido limpiamente, a base de negociar con los perdedores. Y ojalá
unos y otros vayan encontrando fórmulas de gobierno que permitan al país
evolucionar, apoyándose en la voluntad mayoritaria. EEUU está terminando su
recuento interminable de las elecciones de medio mandato, como establecen sus
normas. Tradicionalmente la oposición suele ganar al gobierno una parte del
poder que perdió hace dos años, con lo que las fuerzas se equilibran un poco
más. Con esa idea en las encuestas, los republicanos, con Trump al frente,
esperaban ganar la mayoría en las dos cámaras y doblar el brazo legislativo a
los demócratas de Biden. Parece que lo han conseguido en la Cámara de
Representantes pero el Senado no está claro, después de un recuento
interminable, casi voto a voto, lo que supondría un cierto fracaso para los
republicanos y, más concretamente, para Trump, que ya amenaza con no reconocer
los resultados si no le favorecen.
En
España llevamos casi cuatro años con una pugna excluyente entre gobierno y
oposición a base de ignorar cada uno los argumentos del adversario y recluirse
cada uno en sus posiciones de partida apoyándose en una verdad que puede ser la
suya pero que necesita la de los discrepantes para que los resultados puedan
incluirnos a todos. Estos días, sin ir más lejos, andamos, una vez más,
tirándonos los trastos a la cabeza con el contubernio de Cataluña. La derecha
se empecinó, hace años, en el cumplimiento de la ley para hacer frente al
nacionalismo. El resultado fue que los nacionalistas fueron aumentando
porcentualmente hasta conseguir casi la mitad de los votos. En 2017 tuvimos
ocasión de vivir el desencuentro en la calle y la implantación del artículo 155
de la Constitución, que suprimió temporalmente la autonomía catalana hasta
convocar unas nuevas elecciones, cuyos resultados fueron parecidos, con lo que
el conflicto sigue en pie.
Con el
acceso de este gobierno al poder, primero a través de una moción de censura que
formó una mayoría suficiente y posteriormente, con los resultados de unas
nuevas elecciones, formando una mayoría estable que hasta el momento lo viene
sustentando, desarrolla un programa de gobierno, discutible como todos, pero
que dispone de apoyos suficientes para mantenerse en el poder con la
legitimidad que ofrecen las mayorías parlamentarias. La propuesta de gobierno para
afrontar el tema de Cataluña fue, desde el principio, eliminar hasta donde
fuera posible, la intervención de los jueces para solucionar las distintas
interpretaciones de la Constitución y que fueran los representantes políticos
los que se reunieran para encontrar acuerdos de convivencia estables, apoyados
en la legitimidad que dan los votos. Con el desarrollo de este procedimiento se
vienen alcanzando acuerdos, más o menos difíciles según los casos, pero que van
permitiendo una convivencia estable. Según las encuestas de hace unos días, los
apoyos constitucionalistas han ganado hasta siete puntos a los nacionalistas.
La derecha acaba de poner el grito en el cielo porque el gobierno y la mayoría que lo sustenta, ha propuesto eliminar de la Constitución la figura de Secesión para afrontar el problema con Cataluña, que no existe en la mayoría de las legislaciones de Europa. Sin esta figura, que lleva algo más de un siglo en nuestro ordenamiento jurídico, los desacuerdos interpretativos entre nacionalistas y constitucionalistas podrían entrar en una vía de entendimiento que, de hecho lleva presente cuatro años ya con este nuevo gobierno y que, a pesar de las desconfianzas mutuas, que nunca faltan en las inevitables desavenencias, van haciendo que la convivencia se vaya implantando poco a poco, que debería ser el objetivo de unos y de otros.
Inmejorable artículo, conceptual, preciso y conciso , sobre la actualidad política más destacada ahora.
ResponderEliminarAparte de la ya diaria ucraniana.
A sus pies, grandísimo escritor.
Además, hace tiempo que también percibo la serenidad de la sabiduría, la diplomacia de la inteligencia madura, y aunque sea notable la simpatía política que compartimos, tiene bastante distancia en un intento de objetividad que me gusta mucho.
Enhorabuena.
Me encantó.
Feliz domingo.
Besotes desde Gran Canaria.
Cuídate mucho.