Hemos
hablado quizá con más detalle que otras veces de los argumentos que están en la
raíz del cambio de vida que supone la entrada por primera vez de los menores en
la escuela. Hemos argumentado la importancia de su comienzo escalonado sin ignorar
las dificultades de todo tipo para las familias y también para la estructura
escolar de plantear medidas que puedan ir acordes con las necesidades de los
menores. En la vida es verdad que todo es complejo y unas cosas siempre afectan
a otras como si fueran piezas de un
dominó, que empujas a una y las demás le
siguen.
Hoy
quiero centrarme un poco en los síntomas que podemos observar en los pequeños
debidos al efecto del cambio de vida. Si estamos hablando de los primeros meses
se producirán una serie de manifestaciones que tendremos que detectar nosotros
porque los pequeños se manifestarán con sintomatologías que si no estamos
alerta podemos aplicar a otros orígenes. Me refiero a problemas con el sueño o
con la alimentación. Se pueden desvelar a deshoras o bien con la comida, que la
rechacen bruscamente. Con la higiene, bien en forma de diarrea o de
estreñimiento sin causas que conozcamos. Son reacciones perfectamente ligadas a
la adaptación a la escuela que, al no tener dominio del lenguaje hablado
todavía, es el cuerpo globalmente el que nos habla y nosotros los debemos
responder con la mayor dulzura posible, conscientes de que los pequeños están
acusando el impacto del cambio de vida. Si superan el año puede que se vuelvan
irritables y lloren por cosas que no lloraban antes. O que no quieran perdernos
de vista ni un momento. O especialmente caprichosos. La respuesta en todos los
casos conviene que sea lo más suave posible y comprendiendo cual es la razón
que la motiva.
Cuando
en las reuniones previas con las nuevas familias se explican estas cosas suelen
alarmarse porque de pronto se les pone delante de los ojos un problema de una
profundidad que ellos no esperaban. Más bien ellos miraban el primer día de
escuela como un hecho grato y positivo para los menores y para la familia al
completo. Y la verdad es que lo es, lo que sucede es que eso no quiere decir
que no haya que pagar un precio por ese beneficio. En la vida las cosas son
así. Todo cuesta lo suyo y crecer, que sin duda es algo deseable, positivo y
que supone el que cada persona se desarrolle y vaya completando su ciclo vital,
también significa que en cada logro se vaya teniendo que dejar en el camino un
esfuerzo y un gasto de energías imprescindible para que se produzca el
aprendizaje. Por tanto, estas manifestaciones que planteamos y que van a ser
retos que hay que ir resolviendo no deben echarnos para atrás, que también hay
quien lo piensa, sino que nos deben hacer conscientes de la importancia de lo
que está pasando y que tenemos que afrontarlo en beneficio del resultado.
La
vida en la escuela, me parece que es objetivamente más completa que en
solitario. Alguien que se críe solo puede encontrar una serie de caprichos y
mimos que seguramente el grupo no le va a ofrecer pero ese conjunto de
matizaciones a nuestros deseos que nos lima la vida en grupo significan un tipo
de vida mas globalmente positivo que el aislamiento del individuo solo. Una de
las cosas más difíciles de aprender es asumir las frustraciones que la vida nos
ofrece a cada paso. Si lo vivimos en soledad significa una frustración
constante y un constante reclamo en la satisfacción imposible de nuestros
caprichos. La vida en grupo nos permite encontrar la satisfacción que hay en
cada frustración por la que pasamos puesto que la recompensa en casi todos los
casos es justamente la vida en grupo. Esto, como puede suponerse, no es posible
explicarlo a un pequeño sino que lo va a vivir a base de sensaciones de placer
y dolor según los casos y a nuestro lado que debemos comprender lo mejor
posible el trance por el que están pasando y colaborar en la medida que podamos
en que sea lo menos dramático y lo más placentero que se pueda.
La vida es un continuo proceso de adaptación (a los psicoanalistas les gusta hablar de las sucesivas rupturas del cordón umbilical), es un ir atravesando puertas hacia lo desconocido y sólo si la experiencia de cruzar las primeras es gratificante se seguirán abriendo otras puertas con confianza, sin miedo y con ilusión ante lo desconocido. Un buen proceso de adaptación a la escuela infantil es un primer paso para ir afrontando con seguridad los diversos retos que va a ir poniendo la vida.
ResponderEliminarPodemos denominarlo de muchas maneras. Tú lo planteas como la mejor preparación para abril las muchas puertas que la vida nos tiene que abrir. Es válido y creo que responde a la verdad. A mi me gusta más, no sé por qué hablar de la superación de las frustraciones que la vida nos plantea. Quizá parto de un supuesto que encontré en la novela JARDÍN de una autora cubana que se llamó Dulce María Loynaz y que retuve yo creo que para siempre:
EliminarVIVIR ES APRENDER A PERDER. Un abrazo
"Vivir es aprender a perder"
EliminarEs impactante. Me la guardo.
Entra en el concepto de que elegir es renunciar a lo que no eliges, aunque siempre queremos hacer trampas y elegimos todo.
Tuya es la frase de que "yo empiezo por pedir la luna y luego negocio".
Ay, Manuel. A lo mejor con el tiempo terminamos sabiendo algo de todos estos enredos que hemos dado en llamar vida. Usa todo lo que quieras, que así estamos haciendo todos.
EliminarYa lo dijo Javhe : " no es bueno que el Hombre esté solo"
ResponderEliminarY creó a la Mujer
Y crecieron, y se multiplicaron e hinchieron la Tierra.
Y a partir de ese momento crucial, surgió para desarrollarse el núcleo que originaría la colectividad.
El exponente de todo el éxito que han conseguido los hombres asumiendo lo imprescindible de la vida en común.
Los aciertos y los errores, como los fracasos absolutamente son consecuencia directa educacional.
La Escuela en general, y la Infantil en particular son hoy por hoy, o deben ser la fragua en que se moldeen todas las vicisitudes a partir del primer momento decisivo como es acceder por primera vez a la Escuela
Abrazo
Hay que saber fijarse, observar y entender....
ResponderEliminarUn cordial saludo
Aqui el sistema que hay en las escuelas pùblicas infantiles esta muy bien- el primer día el niño/a se queda una hora, al siguiente día un poco mas y un poco mas al día siguiente, así hasta una semana ( o mas ) hasta que el niño/a se vaya adaptando al cambio- me parece perfecto. A algunos niños no les hace falta- mi nieta por ejemplo no necesito una hora o dos horas ( aunque lo hizo igual ) fue al escuela encantada desde el primer dia- quizás también se deba a ir metalizando al niño, a enseñarle la escuela antes de que vaya a ella- en fin, adaptación diría yo- dxi, no es bueno estar solo para el niño ni para nadie, al menos que así se quiera- pero también es malo que te pongan en un grupo donde no entiendes nada y te tienes que adaptar a ello- es ir poco a poco, con dulzura y comprensión- una vez mas con amor, la base de todo querido Antonio de mi alma !!
ResponderEliminarHermoso post amigo mio.
Te envio un fuerte abrazo de compañía linda y un beso grandote
Aurora
Permíteme que aquí te responda con júbilo sobre la forma de entrada escalonada. Recuerdo, Manuel también lo recordará, lo que nos costó ponerla en práctica y parece coincidente con la que tú describes. En realidad no se pierde tiempo sino que se gana porque, aunque es verdad que pareced que hay niños que no lo necesitan, lo que se consigue es eliminar kilos y kilos de angustia y favorecer la dicha y el valor de sentirse en grupo. Un beso enorme y enhorabuena para tu nieta que pudo experimentar el placer desde el principio .
EliminarHola Antonio.
ResponderEliminarSiempre aprendo leyéndote.
Te mando un abrazo desde Valencia, Montserrat
Me gusta ese aprender desde que la madre suelta al crio de los brazos y entra a pecho descubierto en la escuela por primera vez o en colegio nuevo. Ahi ya empieza a aprender. Lo de los libros material escolar y sacacuartos es otro negocio. Esto que dices es lo importante.
ResponderEliminarNo esperé a mañana, jeje.
ResponderEliminarSabes, Antonio?. Mando a mi hijo tus post, son muy buenos para educar. Gracias. Un abrazo.
Antonio Fernández: mis más sinceras felicitaciones por estas sencillas y a la vez complejas lecciones de educación que nos traes en tu blog...siempre aprendemos cosas nuevas. Un besito
ResponderEliminarNo te quepa duda de que todos aprendemos de todos. Por eso estamos aquí y nos preocupamos por comunicarnos.. Un beso
Eliminar