Después
de la propuesta del Taller de Cocina de la semana pasada puede resultar procedente
que entremos en el tema de la comida en la escuela. Nuestra propuesta de
trabajo se mantiene en Granada capital, con cuatro escuelas infantiles, más o
menos de cien personas cada una en distintos barrios. En las cuatro comen todos
los pequeños de 0 a 6 años y las comidas se preparan en las escuelas cada día.
Se trata de una alimentación que en el día se hace y se consume. Siempre
creímos que la alimentación era esencial en la educación y en todas las cocinas
hay profesionales de primera línea.
Reconozco
que decir hoy ciertas cosas como que los niños que desayunan en las escuelas,
que están abiertas desde las siete y media de las mañanas, lo hacen con zumo
natural de fruta o de frutas troceadas, de pan con aceite de oliva virgen y
galletas y de leche sola o con cacao en polvo no es mucha novedad porque hoy está en los medios de comunicación
la importancia de un buen desayuno para todas las personas pero para los
pequeños en particular. Tampoco es decir mucho hoy si se afirma que hay que
dedicar un tiempo al desayuno porque es una comida fundamental y necesita tiempo y diversidad de ingredientes:
fruta, cereales, grasa con omega tres y algún lácteo. Lo que pasa es que estoy
hablando de una historia que comenzó en 1980 y entonces estábamos un poco lejos
de tener la misma conciencia sobre la importancia de una buena alimentación
infantil. Que se hable hoy de campañas y medidas para evitar la obesidad
infantil o de la obesidad en general está muy bien, ya era hora, pero hay que recordar que cuando decíamos
nosotros hace treinta años que entre nuestros niños no había obesos, casi
parecía un chiste.
Hoy se
habla de la necesidad de que las personas en general y los niños especialmente
ingieran cinco piezas de fruta al día y
en muchos casos parece un poco complicado encontrar los momentos y los rituales
convenientes para que esto se produzca pero cuando hace 30 años dispusimos que
a media mañana todos los niños harían una comida de fruta parecía una
excentricidad, casi un capricho que, si bien nunca se vio como inconveniente, tal vez sí como una complicación innecesaria.
Pues no lo era. Todo lo contrario. Me
alegro mucho de que se hagan desaparecer de los colegios los puntos de alimentos
azucarados y como alternativa aparezcan los zumos de frutas y el pan con
aceite, esa joya de alimentación que no debiera faltarle a nadie en el mundo,
mucho menos a nosotros, que vivimos en el país donde se produce más y mejor
aceite. Se lo llevan en botellitas como si se tratara de una joya alimenticia o
de belleza. Y es que lo es aunque durante mucho tiempo hayamos pasado de largo
sin hacerle mucho caso. Viva la fruta fresca y el aceite de oliva virgen extra
crudo.
Y a
mediodía nuestros niños han comido siempre desde 1980 ricos guisos caseros de
esta tierra, de la tradición casera: cocidos, potajes, lentejas, patatas en ajo
pollo, que ni tienen ajo ni tienen pollo, ensaladas cada día con los elementos
propios de cada estación del año y todo cocinado en el momento para consumir inmediatamente. Cuando los guisos han
necesitado sofritos que los niños podían extrañar, se los han comido en forma
de purés y les han sabido a gloria y los preparados han estado adaptados
siempre a la edad de los comensales, desde los zumos simples y los simples
purés para los bebés de pocos meses hasta las ensaladas complejas y con muchos
ingredientes para los de más de cuatro años, que ya se han acostumbrado a esa
forma de comer y que valoran la variedad como un bien en sí mismo. Como muestra
un botón. Nuestros niños siempre comieron hígado en filetes a la plancha y
tenía sus dificultades para algunos aunque a la mayoría les volvía locos.
Terminamos cortándolo en trocitos y enharinado que les sabía a gloria. Con las
vacas locas este alimento terminó por desaparecer por causas completamente
ajenas.
Un tema complicado, que tiene un soporte económico difícil en muchos casos y una necesidad social que requiere de soluciones...
ResponderEliminarExcelentemente tratado.
Un cordial saludo
Mark de Zabaleta
Hola Antonio, pues mucho ha cambiado nuestra alimentación de cuando yo era niña.Se está combatiendo la obesidad infantil , cosa que me alegro, como también han mejorado las comidas en los comedores de la escuelas. Poco a poco vamos progresando en alimentarnos como en tiempos pasados.
ResponderEliminarGracias por tu valioso aporte.
Un abrazo
Sor.Cecilia
lo bueno es que ya todo el mundo establece la complicidad suficiente, y necesaria, para prevaler la riqueza de la dieta mediterránea, independientemente del 'mar' que nos bañe.
ResponderEliminarasí debe ser. el alma crece y se fortalece solo con una alimentación adecuada.
Besos
Como sé que andas por ese paraíso permanente de las Canarias te respondo por aquí, al menos para decirte, que, tanto por tu tierra, Aragón como por esta Granada que conoces, cada mañana nos estamos encontrando por debajo de 0 grados y estamos pelados de frío. Ya te veo riéndote. Me alegro por tí de verdad. Un beso
ResponderEliminarQue rico y que bueno que los niños coman tan bien...
ResponderEliminarpaz
Isaac
Ignoro por qué no aparece el comentario que te hice el domingo. Quería informar a tus contertulios (eso de blogueros me cuesta) de que aún existen ejemplares de nuestro libro "Aprendiendo a comer mejor", buena muestra de la importancia que le damos en las escuelas infantiles municipales de Granada a la alimentación. Aunque son libros de cocina (recibió el premio al mejor libro de cocina editado en España en 2011) no le faltan aportaciones pedagógicas, a tu cargo en la primera edición y a la mía en la segunda.
ResponderEliminarPues exactamente lo mismo lo ignoro yo y, desde luego, me parece completamente oportuna la observación. ¿Ves? Una utilidad más de estos intercambios. Lo que a uno se le pasa, cae el otro. Ratifico que ese libro que comenta Manuel APRENDIENDO A COMER MEJOR es una hermosura en su conjunto, por su belleza plástica y por la utilidad del contenido en el que se incluye la rareza de que los cocineros reales participaran activamente, cosa un tanto rara ya que ellos nunca hasta entonces se habían considerado personas para salir en libros o fuera de sus cocinas en las que siempre se han tenido por personas solvente y no sin razón. Creo que la corrección queda hecha y la invitación a quien quiera adquirirlo, que todavía estará en catálogo. Gracias, Manuel, una vez más.
EliminarBueno es conocerte Antonio y también lo que haces......
ResponderEliminarQuerido Antonio !
ResponderEliminarTema muy hermoso y bien tratado. La alimentación infantil en las escuelas, la alimentación de los niños en general.
Lo importante que es alimentarse bien para crecer bien y fuerte ( como decía mi abuela )
Mi hija y nietas nunca han ido a comedor, no ha hecho falta- pero la verdad tampoco me hubiera gustado, por aquí (mayormente ) los comedores son de catering, los hinchas a salchichas, patatas, huevos fritos y un etc, que da medo ! En casa comen comida sana y rica.
Pero bueno, hay colegios ( no conozco muchos ) donde si la comida es buena y del día .
Me imagino el frio por ahí, por aquí también hace frio Antonio pero no tanto- a mi que me den calor es lo que mas me gusta, el frio fuera !!!
Te envio un fuerte abrazo y un beso lindo, lindo, lindo de esos que tu ya sabes.
Aurora
Sé a estas alturas que en la vida cualquier argumento puede ser válido porque siempre depende de quién está detrás para sustentarlo. En mi cabeza no cabe la posibilidad de la vida en familia sobre la vida en grupo. Por eso siempre hablo de la vida en grupo. Las excelencias que ha vivido, primero solo y luego con los pequeños solo puedo compararlas a las tuyas dentro del ámbito familiar y constatar una vez más la inconveniencia de ser dogmáticos porque lo que tú cuentas yo tengo que suscribirlo sin duda como estoy seguro que tú suscribes lo que te estoy diciendo, sencillamente porque en ambos casos es verdad y esa es la prueba del nueve. Un beso verdadero
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