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domingo, 21 de julio de 2013

EXTREMO

      

            Hace mucho tiempo que me hubiera gustado comentar la historia del matrimonio de Córdoba y Huelva  de sus hijos Ruth y José y del ahora parece que probado final a manos de su propio padre en un crematorio preparado por él para el caso. Ha sido mucho tiempo el que ha pasado desde que el padre habló de que los niños se le habían perdido en un parque público de Córdoba y el veredicto de culpabilidad emitido hace unos días por el jurado popular.

         Como supongo a todo el mundo informado del caso y de los extremos especialmente duros que han quedado demostrados en el juicio creo que no vale la pena entrar en detalles macabros. Lo que sí podríamos concluir es que por lo conocido ha sido el padre el que se ha salido con la suya en este juego de poder entre él y la madre. Porque los hijos en este caso, como en tantos, no han sido más que meros comparsas del juego de poder que se traían entre ellos, aparte de las víctimas propiciatorias para calmar la sed de venganza del padre contra la madre por el simple hecho de que en un momento determinado uno, en este caso la madre, decide que ya no quiere seguir viviendo con su marido y que prefiere volverse a vivir con sus padres. Pues este hecho tan simple y que hoy se repite con tanta frecuencia, es capaz de desencadenar un proceso tan perverso que llega al final que conocemos hoy y en el que todos han arruinado su vida, cada uno por imponer sus razones, tanto si estas se ajustan a las leyes como si no. Los que no podrán contarlo son los niños que han sido las verdaderas víctimas de este desencuentro sin comerlo ni beberlo.

         Y es que las cosas, por más sencillas que parezcan, nunca suelen ser simples y por el contrario suelen estar cargadas de matices que las diferencian a unas de otras y sin cuya comprensión no es posible entender nada. Parece que desde el principio los hijos vinieron a esa familia por expreso deseo de la madre y que al padre le importaban bien poco. Parece que el hecho de que el padre se quedara en el paro después de haber estado hasta en Bosnia de soldado, viviendo aquel horror y teniendo ahora que ser el hombre de su casa no podía asumirlo ni mucho ni poco. Parece que no podía interiorizar, dado su marcado carácter machista, que la madre decidiera por ella misma romper su relación y llevarse a sus hijos con ella tan ricamente y dejarlo a él con una mano atrás y otra adelante, afectivamente hablando. Parece que esto él lo considera motivo suficiente como para poner en marcha una jugada que lo único que pretende es hacer que su esposa no pueda olvidar nunca en la vida quién es él y que con él no se juega. Y sencillamente estos argumentos los encuentra motivo suficiente como para desencadenar una tragedia del calibre de la que ha llevado a cabo, según la cual sus hijos han muerto,  él se pasará la vida en la cárcel según parece y su esposa desaparece de su vida pero no podrá olvidarlo jamás porque le ha quitado lo que más quería en el mundo.



         Cualquiera de estos desencuentros se están produciendo por miles cada día. Y la gente, lo mismo que un día unen sus vidas, otro día se separan  porque cada uno tiene derecho a intentar siempre decidir lo que mejor considera sobre su propia vida. Se producen miles y miles de separaciones por mutuo acuerdo sin necesidad de provocar dramas para los protagonistas y mucho menos para los menores que en muchos casos tienen que aprender a vivir con sus padres separados y pueden encontrar dos casas en las que se les permite educarse y crecer con unos niveles de satisfacción suficientes. El caso de este drama nos tiene que llevar al ánimo de que la vida es para entenderse y no para que nadie se crea Dios y decida que las cosas deben ser como él diga.

5 comentarios:

  1. Unos convierten las vidas, propias y ajenas, en dramas. Otros cargan las tintas y se quedan con el morbo mediático de la noticia.
    Algunos, afortunadamente la mayoría (?) asumen que de los extremos también se aprende
    y saben obrar en consecuencia.
    Abrazos

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  2. Hola Antonio.
    Un verdadero drama con víctimas inocentes.
    Jamás se deberían utilizar los hijos para hacerse daño entre la pareja.
    Antonio, hablando de otro tema, yo los videos, los edito así, primero en la edición htlm, bajo con el ratón hasta el fina "objet" y un poco más abajo empiezo a escribir e inmediatamente lo pincho redactar y continuo escribiendo, verás que que el video es un cuadro negro, pero no pasa nada, porque se puede activar una vez publicado, pinchando activar.
    Te mando un abrazo, desde esta calurosa Valencia

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  3. Un gran artículo, escrito de manera coherente ante tanta incoherencia...Los niños son los inocentes sacrificados en los conflictos de pareja, pero en este caso ha sido el extremo total!

    Un cordial saludo
    Mark de Zabaleta

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  4. Querido Antonio !

    La vida de pareja es de dos y cuando vienen los hijos es compartirla conjuntamente y darles amor y darnos amor mutuamente- Eso es lo ideal, pero no siempre es así desde luego.
    Lo civilizado es que si uno no puede estar con su pareja, se separe, divorcio y se aleje temporalmente para recapacitar ( si asi lo ve mejor ) pero los hijos no son cosas que se intercambian ni se utilizan para ver con quien se quedan y quien es el mas fuerte y el que manda mas.
    En esta historia tan horrible queda claro ( al menos para mi ) que este señor o como se le llame esta mal de la cabeza, no se si es por Bosnia o porque nacio asi, pero bien no esta desde luego- no hay mas que mirar sus ojos, vacios y de loco para darse cuenta.
    Tocas este tema con gran sensibidad y respeto, como es habitual en ti caballero como siempre y hombre de exquisita cultura.
    Recuerdo un episodio de unos padres separados donde ella tenia la custodia y sucedio que la madre no nos dijo nada en el colegio, solo que estaba separada y punto.
    Un dia aparecio un señor que dijo ser el padre de la niña, esta salio corriendo a abrazarlo, suposimos que asi era, queria llevarla para casa pues la venia a buscar en lugar de su mamà- pero aqui entro la inteligencia e intuicion de una persona ( la directora ) para no dejarle llevar la niña si no era a la madre, no teniamos autorizacion para mas y asi fuè- El tal señor nos dijo de todo e incluso que nos iba a denunciar- cuando la vino la madre nos dio las gracias efusivamente y nos dijo que el le habia amenazado con quitarle la niña como fuera.
    Es una historia de la que me acuerdo ahora ( hay otras ) y que no se porque te la comento, quizas porque es algo que sucede mas de lo que pensamos, no lo salvaje de Breton gracias a Dios pero si el tira y afloja de los padres que creen que los hijos son mercancía de cada uno.

    Bueno, muy bien lo que has publicado amigo mío, muy bien !!!
    Te mando mis besos y unos abrazos de rechupete :)

    Aurora

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  5. Enhorabuena Antonio, pusiste el video y por cierto que es precioso.
    Un abrazo, Montserrat

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