Seguramente tendremos que volver sobre las constelaciones en algún otro momento por la amplitud del tema y por la diversidad de influencias que ejercen sobre los pequeños, pero apuntemos aquí una primera noción para definir el tema y ofrecer un primer apunte de su contenido.
Cada una de las personas que tienen contacto con los menores albergan una historia, unos deseos y unos condicionamientos que, inevitablemente, van a traspasar al recien llegado. No es posible que sea de otro modo porque niguno somos cuerpos ni espítitus puros o lo que es lo mismo, no hay pureza posible que no vaya ligada a nuestros legados adheridos. No somos nada sin nuestras influencias. Es más, lo que somos es sencillamente un imposible. Pues bien, con ese armamento de influencias tan variadas es como nos acercamos a los que llegan y desde ahí y desde nuestro papel: de padre, de madre, de abuelo, de abuela, de vecino de confianza, de tía que no lo ve apenas, sea desde el papel que sea, así es como iremos inoculando en la vida del menor nuestra visión del mundo y nuestra particular forma de explicarlo.
Poco a poco, cada constelación de cada miembro de la familia, entendiendo familia no por la carnalidad sino por la influencia que ejerce sobre el menor, aporta su propia visión del mundo que entra inevitablemente en relación con las visiones de los demás miembros que se van relacionando con él y cada uno con más o menos peso en función del nivel de influencia que tiene con el menor, no con el grado de consanguinidad mayor o menor. De manera que es posible que sea una abuela la que aporte la mayor influencia si es ella la que más tiempo está con el pequeño, o una vecina o una escuela si es que el pequeño se encuentra escolarizado desde los primeros meses. Así se va configurando la personalidad del pequeño de una manera similar a como vemos cualquier astro en el universo, o sea, a partir de una serie de astros que giran a su alrededor, unos más cerca que otros y todos definiendo una constelación propia y específica del nuevo ser, que lo define y que lo diferencia de los demás.
Ya lo hemos dicho de alguna manera y me temo que será necesario que volvamos a decirlo de muchas más para ser medianamente comoprendidos. Aun así, no es fácil. Somos una pare que es nuestra, de nacimiento, que nos llega porque estuvo presente en los genes que un día nos configuraron como ser único y diferenciado. No hay duda que esto es así y a lo largo de toda la vida tenemos pruebas fehacientes en muchos momentos que lo confirman. Pero del mismo modo que esto es cierto, también lo es que nadie, hasta el momento, ha podido ser capaz de aislar este tipo de influencias, digamos orgánicas, y diferenciarlas de todo el conjunto de astros que giran a su alrededor y que son también influencias que lo definen con mayor o menor peso según la cercanía que mantienen con su nucleo central pero que no hay modo de separar del conjuunto y es el propio conjunto, o sea la mezcla de lo orgánico y lo asociado, lo que entendemos como ser de cada uno.
Somos un conjunto y ese conjunto es lo que forma nuestra propia constelación que interactúa con otras constelaciones más o menos cercanas y tiene de hecho algunos elementos comunes con ellas. Juntos formamos un universo que se parece wsibn duda al que conocemos cuando cada noche miramos hacia arriba y logramos ver todo ese conjunto de puntos entre los que estamos incluídos y de los que formamos parte indisoluble.
Hola Antonio.
ResponderEliminarEn los talleres de psicología que hice, hace algunos años, se hablaron de las constelaciones.
Sabes lo que veo yo, es que se puede tener una influencia, por el ambiente, pero luego cada cabra tira al monte.
Una vez adultos en una misma familia, y me refiero a padres/madres e hijos/as,abuelos/as, cada uno a veces puede tener una distinta manera de pensar o filosofía de la vida y si hay un respeto se puede convivir igual, dejando que cada uno piense como desee.
Fíjate el otro día fui al encuentro de Barcelona,sabiendo que había personas de distitas ideas y todo fluyó de maravilla porque hubo respeto y cordialidad.
Es una diversidad en el Universo que hay que respetar.
No se si te dije que vi la película El árbol de la vida, la nueva esta que protagoniza Bratt Pitt y salí maravillada con una sensación de Paz y emoción enormes, consciente de ser un mínimo ser en el Universo. Y esto que había gente que salía del cine a media película.
Bueno mientras te escribo a las 8 de la mañana ya se oye el Pim,pam,oum de la despertá de las Fallas.
Un abrazo desde Valencia, Montserrat
Es que en definitiva somos materia. Pura materia animada.
ResponderEliminarSomos estrellas novas
Somos gas en fusión
Somos materia cuántica, no le demos más vueltas,
capaz de las más altas realizaciones.
'El árbol de la vida': Te lo comenté el otro día,
Antonio: De acuerdo con Montserrat
Querido Antonio !
ResponderEliminarSomos como somos según lo que cada uno trae consigo, su personalidad, los niños, los bebes ya traen su personalidad, su forma de ser, luego los condicionantes los van "pintando" un poco pero la personalidad, el ser, sale tarde o temprano.
A mi me inspiro mucho mi abuela materna ( se llamaba como yo ) la adoraba, cuando murió la vi y sentí en mi cama de niña, me decía, que estaba bien y me daba un beso ( jamas lo olvide ) también me inspiro ( por no decirlo de otra forma ) mi padre, mi amado padre y lo sigue haciendo donde este ( su alma era muy grande, tanto como el universo ) y sabes que, Antonio, sin ser una niña, esas constelaciones de las que hablas siguen viviendo en mi de grande, todos somos parte de un todo y de alguna manera nos influye.
Me he salido un poco del tema, pero como siempre me pasa contigo, me encanta hablar-te :)
Besos a montones
Aurora
Querido Antonio: ciertamente, todos influimos un poco y a todos nos han influido y nos siguen influyendo, pienso. Y también llevamos parte nuestra, sólo nuestra. De esto me doy más cuenta observando a los trillis de la guardería: mismos padres, abuelos, misma influencia, y sin embargo sus caracteres, con tres años recién cumplidos, son diferentes. No mucho, pero se nota: Alba es la rebelde, la líder; Claudia, la pizpireta; Edu, el dulce. ¿Por qué? Me gusta observarlos y me pregunto muchas veces cómo les irá en los años venideros... sobre todo a Alba, quien a veces se convierte en una niña trabajadora y responsable y otras veces es un diablillo desobediente.
ResponderEliminarTambién te comentaré que, aparte de las personas, creo que los libros y las películas pueden influirnos para siempre sin que nos demos cuenta, tal vez. De eso podría tirarme horas hablando, así que corto aquí.
Un gran abrazo, Antonio.
No creo en la influencia de los astros, creo en las potencialidades que traemos y en el ambiente, según el ambiente, desarrollaremos unas u otras. Pienso que así nos vamos conformando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes.