Seguidores

domingo, 19 de febrero de 2012

SILABEO

Los recién nacidos, en cuanto pisan este mundo, ya dejan de ser elementos puros y objetivos sujetos a su herencia estrictamente. Se llega a un contexto concreto, uno es recibido por unas personasa concretas, con nombres y apellidos y desde ese momento la vida del recién nacido se encuentra indisolublemente unida a la de quienes lo reciben, lo esperan, lo desean. Todo el contexto que lo envuelve desde el primer día que ve la luz lo determina y lo condiciona de manera determinante. Hasta tal punto esto es verdad que en educación, hasta el momento, no ha sido posible discernir entre lo que son potencialidades referidas a la herencia genética que traemos der nuestros padres y lo que es estrictamente cultura que nos ha llegado del contexto que nos rodea. Para analizarnos no tenemos más remedio que mirar ambas influencia como partes indisolubles de un conjunto y valorarlas formando una unidad.


A los pocos meses de vida nuestro cuerpo es capaz de ensayar sonidos a base de silabeos sin ningún referente con la lengua concreta que hablan los que nos rodean sino sólo relacionados con nuestra capacidad fonadora. En ese sentido podemos decir que empezamos a hablar un idioma universal. Normalmente nuestra sílabas primeros son la pa o ba que, como puede saber cualquiera que se adentre un poco, incluyen todos los sonidos intermedios. Pa o ba son los límites de toda la capacidad lingúística que tiene cualquier lengua del mundo. Todos los niños del mundo van a comenzar su silabeo con sonidos semejantes. En ese momento son capaces de aprender cualquiera de las lenguas que existen sobre la tierra. Entre el sonido p o b y el sonido a entran todos los intermedios que corresponden a cualquier idioma.


Pero sucede que en cuanto un niño pronuncia la primera sílaba, todo el contexto que lo rodea se suele volcar en él y hacerle creer que ha dicho lo que no ha dicho pero que a base de repetirle que lo ha dicho, todo el mundo termina creyendo que ha dicho lo que se quiere que haya dicho y no lo que ha dicho de verdad. No me importa que se vea esto como un trabalenguas porque creo que se ajusta a la más estricta realidad. La moraleja imposible podría ser la de permitir que los niños se expresen libremente y silabeen cuanto quieran y ejerciten sus capacidades fonadoras del mismo modo que en el artículo anterior hablábamos de las capacidades motrices. La cercanía de los adultos no se conforma con ayudar a los pequeños a que diversifiquen sus conocimientos y perfeccionen sus capacidades. Hasta aquí podríamos pensar que la ayuda es útil. Pero la ayuda no termina hasta que le hacemos decir al pequeño lo que queremos que diga. Desde ese momento es imposible discernir lo que son capacidades de los niños o influencias de los adultos,


No es posible pensar que podamos estar criando a una persona y que no influyamos para nada en su vida. Nuestra sola presencia, la manera de movernos, el tono de nuestra voz, cualquier aspecto de nuestra personalidad van a tener un grado de influencia en el pequeño sin duda. Tenemos que contar con eso. Pero lo que yo intento dejar claro es que nuestro nivel de influencia, indiscutible se mire por donde se mire, debiera respetar las capacidades de los niños y permitirles que se expresen por sí mismos. Nuestra labor puede ser, de todas formas, fundamental si nos dedicamos a escuchar y a estar atentos de qué es lo que los pequeños están diciendo en vez de aplicarles un significado concreto y actuar como si fuera eso lo que el pequeño ha dicho.

3 comentarios:

  1. hola antonio:
    Y lo graciosos que son cuando empiezan a hacer muecas y pedorretas con la boca.
    Mira un día hacían por la TV. la película El Proceso.
    Mi hijo mayor que entonces tenía meses estaba con nosotros y yo le dije a mi marido. "Mira la película está basado sobre un libro de Kafka". Al oir la palabra Kafka, le entró al niño, venga la risa y nosotros empezamos kafka, kafka y el niño venga la risa.
    Te manso un abrazo desde easta Valencia que ya empieza a vestirse de Fallas, Montserrat

    ResponderEliminar
  2. Aunque parezca un sinsentido, te diré que la primera 'palabrota' audible y entendible de mi niño, con apenas ocho meses, en el hospital
    (Un problemilla intestinal de lactante) fue para asombro de la Pediatra que lo atendía CA-CA-CA. A partir de entonces, siguió tetando tan campante y se le solucionó la gastroenteritis.
    Pero, si no he captado mal el mensaje, una cosa es " respetar las capacidades de los niños y permitirles que se expresen por sí mismos"... Y otra, en absoluto incompatible, dedicar el tiempo necesario a escucharlos y atender qué es lo que los pequeños (¡y aun mayores!) están diciendo. Porque tampoco hay que olvidar, por ser realidad un iversal, que TODAS las lenguas del mundo se fraguan arbitrariamente en efecto a partir del significado aplicado a TODOS los significantes.
    ('Lenguística General'. Ferdinand de Saussure)
    Establecer los límites del proceso de hablar equivale a admitir las limitaciones de los propios 'enseñantes' de los cientos de miles idiomas. Entre los cuales, obviamente tú, yo, éste, aquél, los-las de más allá...¿En qué momento los hablantes dan por concluído el papelón que asumen sus enseñadores?
    Y otra cuestión de no poco interés es el aprendizaje bilingüe de quienes gozan o padecen de tal circunstancia; Madre Alfa-Padre Omega. ¿¿En qué versión original silabeará el infante?
    Nada, a pensar un poquito, que es Carnaval.
    Besos/abrazos, Antonio

    ResponderEliminar
  3. Hola querido Antonio !

    La primera palabra de mi hija fuè Ta luego le fue agregando Cum :)) y se convirtió en Tacum luego nos dimos cuenta que quería decir- cocacola :))) mi nieta es muy parlanchina, empezó a hablar muy pronto, enseguida formo palabras y se las arreglo para hacerse oír. El otro día me dijo ( tiene 3 años ) abuela, esa crema que tienes en el baño es para las rayas que tienes en la cara ? :))))) Imginate , lo que me partí de risa, es tremenda.
    Estoy de acuerdo contigo, hay que dejar a los libros libres en su expresión, queriendo decir lo que ellos quieren, sin intervenir nosotros, aunque a veces uno interviene sin darse cuenta, por puro impulso nomàs.
    Gracias Antonio querido por compartir tanta dulzura y tan bien dicho.

    Muchos besos y un lindo abrazo

    Aurora

    ResponderEliminar