En el crecimiento de los niños es indispensable la aportación de los adultos. No es posible pensar que un niño crezca por sus propios medios. Una vez dicho esto y sabiendo que es verdad de manera permanente, también hay que contar con que la aportación de los adultos puede ser dew muchos modos. Desde la que es capaz der anuilar la iniciartiva de los menores porque ante cada necesidad tienen una respuesta a la mano, hasta aquella que lee lo que el menor va necesitando en cada momento y se coloca cerca del menor para ver hasta qué punto es capaz< de ir resolviendo sus necesidades y completa aquello que al menor le falta en cada siutuación concreta.
Desde estas dos situaciones límites, cabes multitud de manewras intermedias, probablemente una por cada persona y por cada menor. De ahí que no podamos nunca sentirnos satisfechos en educación porque, por bien que lo hyamos hecho, será difícil que no hubiéramos podido hacer mejor. Creo que hay que buscar la manera de que la persona que esztá creciendo, sea lo más artífice posible en la resolución de los problemas y las dificultades que su crecimiento le plantea y nos plantea a los adultos que vivimos a su alrededor. La defensa de la autonomía de los niños significa que cada uno debe, siempre que pueda, ser el protagonista de su vida y debe resolver en la medida que pueda los retos que la vida le va planteando en cada momento.
Sé que hablar de esto y decir lo que digo es relativamente fácil, pero llevarlo a la práctica en los miles de momentos distintos que la vida ofrece, es algo bastante más complejo. Las situaciones son muy diversas. Nosotros los adultos tenemos una condiciones concretas, según las cuales los esfuerzos para responder adecuadamente a lo que se espera de nosotros a veces son sencillamente imposibles. Eso puede crearnos sensaciones de culpa que nos vayan minando la moral y que lleguen a convencernos de que no somos capaces de estar a la altura de lo que los menores necesitan. Podemos, en momentos concretos, hasta tirar la toalla y desistir de esforzarnos.
Y es que la educación es, sobre todo, una carrera de fondo, de mucho fondo diría yo. De un fondo superior a los veinte años. A lo largo de ese tiempo vamos a vivir miles d4e situaciones que nos van a llevar a las más altas cotas de gozo y a los abismos más profundos de la desesperación y la impotencia. Seguramente no van a ser los momentos más significativos ni los picos más altos de placer ni los momentos de desesperación más profunda. La vida es tan sabia que todos esos momentos van a quedar modulados por un conjunto de comportamientos mucho más cotidianos y mucho más numerosos que ni nos hacen gozar ni sufrir tanto. Es como si el comportamiento nuestro para con los niños nos hiciera sacar una nota media, que es con la que los niños se van a quedar. Importa, de todas formas, que tengamos conciencia de que nuestra misión no es protagonista. El protagonista es la persona que está creciendo y nuestra labor ha de ser de acompañamiento, de garantía, de solvencia en un momento determinado, pero siempre pensando que es el menor el que tiene que ir escalando los peldaños que la vida le ofrece y nuestra mano debe andar cerca de él porque en cualquier momento va a necesitar nuestro apoyo y ojalá que en ese momento no le falte.
Hola,mi amigo,de verdad es una gran alegria haber coincidido los dos (si o es imposible pues con la chica no tengo tiempo de buscar a nadie).Como siempe felicitarte por la lección de comportamiento que debemos tene ante los pequeños y ¿sabes?,me has emocionado con el final,¡es precioso¡.Recibe inmensos besos de luz de esta admiadora¡y hasta que nos encontremos.
ResponderEliminarQue fácil es leerlo, e incluso pensarlo, pero como bien dices, qué dificil hacerlo bien ;)
ResponderEliminarCompleja carrera de fondo que sabes resumir en este excelente artículo !
ResponderEliminarUn cordial saludo
Mark de Zabaleta
Buenas noches Antonio, he encontrado tu escrito lleno de sabiduría y de sentido común, realmente, me parece que todos los padres deberían leerlo, porque muchas veces se falla en la misión de padre por ignorancia. Felicidades por tu texto.Un abrazo
ResponderEliminarPrimitivo
La completa autonomía, como capacidad de cada individuo de valerse por sí mismo sin mayor intervención de los 'rectores-mentores-educadores-madres-padres-tutores...'no llega a adquirirse plenamente hasta bien entrada la niñez. Incluso hay parcelas en que no llega a darse la autonomía absoluta: Sobre todo si persiste en el tiempo la dependencia de unos de otros.
ResponderEliminarabrazos
Y creemos que es tan fácil ser padre... tendrían que hacernos exámenes anuales por lo menos, y aún así, porque lo que es válido para un niño no lo es para otro, y hasta puede uno hacerlo todo "bien" y el niño salir rana, y también al contrario, es tan desconcertante.
ResponderEliminarA mí también me ha encantado el último párrafo, Antonio. Muchos besos.
Hola Antonio querido amigo !
ResponderEliminarUn placer como siempre leer lo que escribes, y tan bien escribes.
Quizàs el secreto este en dejar a los niños ser ellos mismos, me refiero dejar su carácter crecer con ellos, no anularlos ni imponer nuestro criterio ante ellos- cada niño viene con su forma de ser, desde el nacimiento, y luego se va formando ( lo vamos formando muchas veces ) mejor o peor-
Hay que respetar como es cada niño, con su forma de ser, nos guste o no nos guste- unos encajaran mejor con nuestro carácter o otros no lo harán, es ahí, donde debemos educar mejor, con intuición e inteligencia emocional- La tarea no es fácil desde nuevo, pero si, apasionante.
Gracias por compartir tan lindo !
Muchos besos
Aurora