Esto
me viene como agua de mayo. Sólo decirlo ya da gusto. No tiene un significado
concreto pero se centra en algo que
estaría muy bien que nos pasara. Tan bien, tan bien que no nos atrevemos ni a
pensarlo por temor a que el simple hecho de formularlo, sea suficiente para que
no suceda porque, a estas alturas del año, ya no es fácil. Pero si pasa, y la
semana que empieza parece que puede
pasar, los efectos pueden ser como un rico postre meteorológico, que nos ha
sacado de la angustiosa sequía y que nos puede acercar al verano con unas últimas gotas de humedad
completamente beneficiosas para los cultivos plantados y para los que quedan
por plantar. No se da la certeza de que la lluvia aparezca. Por ahora, sólo se
garantiza una significativa bajada de temperaturas, que ya es algo. Todo lo que signifique bajar de los 30º, a los que casi llegamos en
febrero, es apuntar un acercamiento al verano en condiciones muy beneficiosas.
Aunque sólo fuera que las últimas aguas del año hidrológico frenaran los fuegos
veraniegos, que seguro que vendrán, ya sería un aporte significativo. Con esa
esperanza saludamos a mayo con buena cara.
En
Cataluña, una de las zonas más pobladas, a estas horas ya estarán empezando a votar porque tienen que renovar su
parlamento y su gobierno. Las
previsiones apuntan que hay mucho indeciso y que los resultados pueden ser endiablados para
fraguar las mayorías que sustenten el posible gobierno. Hay quien apunta,
incluso, que no se logre conjugar un gobierno y haya que repetir elecciones.
Sería un fracaso que hubiera que llegar a eso. Los ciudadanos no tienen por qué
votar lo que esperan los políticos para facilitarles los pactos finales que les
convienen. Echan sus votos en las urnas como estiman oportuno y
los resultados, una vez recontados son su voluntad soberana, con la que los
representantes deben hacer su trabajo y fraguar las mayorías que garanticen la
gobernabilidad los próximos años.
La posibilidad de tener que ir a nuevas elecciones significaría un fracaso de los representa
Hemos tenido una primavera que nos ha traído agua, que tanto necesitábamos y elecciones: euscadi en abril, Cataluña, ahora en mayo y el ciclo terminará en junio, con las elecciones europeas, en las que tenemos que elegir los representantes en el parlamento de Bruselas, de las distintas fuerzas que se presentan para ser elegidas. Según las previsiones del agua de mayo, tendríamos que alegrarnos de tantas elecciones, lo que significa que la voluntad popular se está manifestando con frecuencia y cuyos resultados, una y otra vez nos están diciendo quienes son los que obtienen el respaldo mayoritario de quienes votan. Ese es el sentido de la democracia y debería llenarnos de orgullo que nuestro país se consolidara, cada día más, bajo esa fórmula de gobierno. Vivimos en un clima de exaltación política y de tensión en las relaciones que no responden a la normalidad que vive la calle, mucho más madura que sus representantes, más inquietos por los tropiezos de cada día y lejos de las visiones de largo alcance.
Buenas noches amigo.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo.
Felicidades por la lluvia, y sí
Ya hay previsión para el próximo ve6y va a aumentar la te8.
Un horror 8
Besos ☺️😘🫂
Gracias. Besos 😘
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