Primero
fue la lucha desesperada por conseguir una vacuna para cada persona. España se unió a los países europeos que,
juntos, negociaron unos precios
privilegiados a cambio de adelantar dinero para poder fabricar las
primeras vacunas y garantizar una fecha de salida y una reserva de
servicio. Pfizer, por ejemplo, se
encontró con un dinero entregado por una serie de países entre los que estaba España, con la condición de
reservarse una serie de vacunas antes que nadie cuando estuviera a punto. Y así
pudieron empezar a poner vacunas, antes que nadie, una serie de países que habían adelantado dinero
para fabricar la de Pfizer, por ejemplo. El 27 de diciembre de 2020, los países
privilegiados pudieron inyectar las primeras dosis, a unos precios
privilegiados y todo les sonreía. Pronto se encontraron con que las condiciones
del servicio empezaron a no cumplirse porque lo que se había pactado al
principio, una serie de países que ofrecieron a Pfizer precios mucho más altos
que los convenidos con los países privilegiados. El servicio empezó a
retrasarse en el plazo de entrega y en el número de dosis que se entregaban,
con lo que los que pagaban precios más elevados se encontraban con que se les
servía antes y más cantidad que la pactada en un principio.
Hubo
un escándalo internacional por lo que parecía un incumplimiento de contrato con
los países privilegiados. Se planteó sacar a la luz las condiciones contratadas
y cuando se presentó el contrato, aparecieron
una serie de tachaduras que dejaban en entredicho las condiciones pactadas en
un principio. Después de una serie de tensiones verbales entre Pfizer y los
países privilegiados se llegó a un acuerdo medio secreto y poco satisfactorio
que mantuvo las condiciones de privilegio para el mejor pagador y las mejores
condiciones posibles para los países privilegiados, que se parecían poco con
las condiciones inicialmente pactadas. Con esta situación de servicio mejorado
pero lejos del inicial, se llegó al mejor acuerdo posible en el que el servicio
a los países privilegiados se resintió y se llegó a un arreglo intermedio,
lejos del inicialmente pactado con Pfizer.
En
este momento llevamos cinco meses de servicio con Pfizer, con Moderna y con
varias más, que han ido poniéndose a
punto previo pago de su importe, hasta
el punto que en este momento la situación de los países privilegiados, entre
los que nos encontramos, disponemos de vacunas suficientes y de dosis muy
superiores a las que vamos a necesitar según el número de habitantes de esta
zona de privilegio que ha reservado mucho más de lo que necesita, si bien ha
tenido que permitir a las empresas que realicen buena parte de su negocio con
países que han podido comprar a precio más alto y aceptar que el servicio se
haya producido un tiempo después que permita a los que han aceptado precios más
altos con lo que los fabricantes han obtenido unos beneficios superiores a los
que pensaban al principio. Hoy, una vez pasados los primeros tiempos,
disponemos de vacunas suficientes hasta el punto que podemos elegir y somos
capaces de regalar millones de vacunas a países que están muy retrasados en el
servicio porque sus condiciones económicas no permiten acelerar su compra de
vacunas tanto como quisieran.
Nos encontramos con nosotros mismos, los que fuimos privilegiados desde el principio, eligiendo vacunas y organizando el servicio lo mejor que sabemos para que los ciudadanos de más riesgo sean los que reciban antes sus dosis correspondientes lo más pronto posible, con lo que podemos ir notando una franca mejoría porque, aunque el porcentaje de vacunados no sea muy alto, podemos percibir la mejoría porque están vacunados todos los que tienen una tasa más alta de fragilidad. A este que os habla, la segunda dosis le tocará el día 4 de Mayo a las 17´20 en mi centro de salud correspondiente que es el mejor sitio posible para vacunarse y para cualquier otro asunto relacionado con la salud al que cualquiera se puede acercar y allí le resuelven cualquier asunto sanitario. Yo recuerdo cada día lo que les falta a los más pobres y cuándo recibirán ellos sus dosis correspondientes y me da un poco de vergüenza.