Seguidores

domingo, 30 de julio de 2017

DRAMAS


         En verano flaquean las noticias y hay que cubrir los minutos reservados a los informativos como sea. Ofrecer secuencias de la vida, profundizar en ellas y tratar de encontrar las claves de por qué se producen del modo en que lo hacen parece que no es noticia. Que un perro ha mordido a una persona no es noticia. Que una persona ha mordido a un perro sí. Situaciones tan normales como que en verano hace calor se convierten en noticia estrella. O que una granizada inunde las calles de una localidad. Hay que encontrar las chispa  que supone el récor desde sabe dios los años. No sé dónde está la gracia de que en verano hace calor o en invierno frío, pero si lo adornas con gráficos comparativos, lo explicas con entonaciones de alarma y lo decoras con entrevistas a vecinos que  no tienen inconveniente por un minuto de gloria en exagerar lo que han visto o recordar lo que sucedía cuando eran pequeños ya podemos rellenar los minutos.

         Los ahogamientos suele ser un material recurrente por la enorme cantidad de personas que en verano pasan horas y horas cerca del agua como ha terminado por ser costumbre imprescindible. O las dichosas piscinas familiares en las que suelen encontrarse cuerpos de pequeños flotando y que a todos hay que encontrarles un punto inexplicable para captar la atención del espectador. O los descuidos de familias que se reúnen para cualquier celebración y que en un momento determinado, como ha pasado hace unos días en un pueblo de Málaga,  una niña de tres años se aleja bien para huir del ruido, bien para saber qué hay detrás de lo que tiene delante de sus ojos o sabe dios por qué razón, lo cierto es que empieza a andar por la vía del tren sin que nadie se diera cuenta, los periódicos dicen que hasta unos minutos, pasados los cuales empezó la infructuosa búsqueda.

         Llegó a alejarse hasta cuatro kilómetros y cuando se sintió agotada, sencillamente se echó en el suelo y se quedó completamente dormida en plena vía. El primer tren de la mañana le pasó por encima y todo podría haber terminado ahí, pero parece que la pequeña, al despertar con el ruido levantó la cabeza y recibió un fuerte golpe con los bajos del tren que la dejó en el sitio. Mientras tanto su familia y los vecinos buscándola por todos los sitios posibles y barruntando todo tipo de peligros, todos posibles por supuesto, pero que al final no condujeron a su localización. Y cuando la contundencia de la evidencia les ha ofrecido una bofetada de realidad con una secuencia tan cruel pero tan sencilla, parece imposible tragársela en toda su crudeza y lo último que queda como incógnita es que cómo una niña de tres años ha podido en plena noche andar hasta cuatro kilómetros y quedarse dormida tan tranquila, una vez que se vio agotada y que no localizaba a los suyos, que es lo que estaría buscando con creciente desesperación.


         El entierro era digno de ver. Los ramos de flores blancas hacían cola. Parece como si los allegados necesitaran justificar su afecto ante un hecho que nos ha dejado a todos en evidencia. Después del conejo ido, palos a la madriguera. Comprendo que no es políticamente correcto pero aparte del sentimiento y del silencio dolorido no creo que haya nada más explícito para manifestar el dolor y la impotencia ante un hecho que, como casi todos los dramas de la vida cotidiana, pudo ser evitado si todo hubiera sido de otra manera pero que no lo fue y que en ese caso sólo queda llorar la pérdida inocente y, si fuera posible, aprender para que en otra ocasión nos demos cuenta de que los pequeños hay cosas que no controlan pero que tienen más capacidad de lo que pensamos para tomar iniciativas por su cuenta, capaces de poner en riesgo sus vidas y perderlas buscando a sus familias.

4 comentarios:

  1. Somos más simples y gregarios de lo que quusuéramis no ser:
    El verano se nos apodera
    El otoño acaba por desquiciarnos
    Las noticias valen lo que las antinoticias no cuentan
    Y así. Creo que cada día nos acercamos más peligrosamente a la mediocridad, que, esta sí, es noticia.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Pilar. Y esa deriva le sirve muy vbien a Rajoy para mantenerse contra toda lógica y ver mientras tanto cómo las incertidumbres de la izquierda lo mantienen en el poder cada día más sólido. Un beso caluroso pero sincero.

      Eliminar
  2. Un drama leer lo que pasó con esa chica de tres años. Otra casa es aventurarse a leer los periódicos. ¿Cómo mienten tanto y por tantos años sin que haya un equilibrio sano? O de cualquier cosa realzan cualquier acontecimiento, o alguna noticia sustancial muere de inanición por que convenía a los intereses de los mismos escasos pero influyentes.
    Saludos.

    ResponderEliminar