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domingo, 23 de julio de 2017

ADAPTACIÓN


         Le dedico esta página a Nieves, mi amiga, a cambio de una sonrisa.

         Mi Elvira juega con su sobrina África, que es su pasión,  y pretende obtener fotos con fondos de caras preparados de antemano. África, de tres años recién cumplidos le dice a su tía: “-Vamos a poner caras glasiosas”. Y la secuencia sigue como si nada. Yo,  que sigo la historia lo más anónimo que puedo no sé dónde meterse para permitir que la secuencia transcurra con la mayor naturalidad posible reprimiendo la reacción primera, que  suele ser la de empezar a comer niña por donde esté más cerca,  en manifestaciones afectivas quizá no muy ortodoxas pero que se mantienen en mí, yo creo que para siempre, provenientes por vía directa de mi exagerada madre y que ya a mi edad, cómo voy a intentar cambiar si es poco menos que imposible.

         La secuencia me parece es una muestra suficientemente gráfica para darnos cuenta de que tres años pueden ser suficientes, y de hecho lo son, para que una persona tenga conciencia de que según el momento que esté pasando, la persona con quién lo viva y el contexto en el que se produzca conviene comportarse de una manera o de otra. Mi asombro todavía no ha decaído desde que conocí  por las estadísticas científicas que hacia los tres años una persona ya ha desarrollado más o menos el 50 por ciento de sus capacidades. Independientemente de que sean unos puntos por arriba o por abajo, lo que parece innegable es que no echamos muchas cuentas a los más pequeños e intentamos vivir como si fueran una especie de muñecos que manipulamos a nuestro antojo o a nuestra conveniencia cuando la verdad es que esa persona se está definiendo en casi todas las posibilidades evolutivas de que dispone sin que  nos demos cuenta apenas, para bien y para mal, según los casos.

         Ante esta realidad que me parece incontestable a la vista de mi propia experiencia, lo único que se me ocurre es promover una actitud por parte de las personas mayores hacia los que vienen creciendo de máximo respeto a sus modos y maneras de manifestación y de relación porque en realidad lo que hacen en cada momento es adaptarse lo mejor que pueden y saben a los múltiples retos que la vida les pone por delante en su relación con las personas más cercanas y  con las particularidades a través de las que tienen que sacar adelante su propio desarrollo personal. Estoy seguro que la secuencia con la que hemos empezado se va a ver favorecida o perjudicada en función de la reacción que la niña vea en los adultos que la rodean y que son la fuerza con la que cuenta para afianzar sus descubrimientos. Nosotros no tenemos por qué darnos cuenta pero ella irá mirando en todo momento nuestra reacción a lo que dice y el resultado la llevará a abandonar su hallazgo si no lo ve favorecido por el contexto o a afianzarlo si se da cuenta de que quienes la rodean la apoyan en lo que acaba de descubrir.


         Dos lecciones pienso que no debemos olvidar para enfrentarnos con el aprendizaje. Por una parte entender de una vez por todas que en los primeros años se dirime el grueso de nuestra formación de las estructuras básicas del comportamiento que nos va a acompañar en nuestra vida posterior y por otra que al mismo tiempo, la naturaleza viene dispuesta de tal modo que nunca jamás cierra la puerta de nuestra capacidad de aprender, por lo que  necesitamos ser diligentes y favorecer las posibilidades de los pequeños en sus primeros años y también confiar en que nada es imposible y que siempre disponemos de capacidades para adaptarnos a nuevas situaciones porque nuestras posibilidades de aprendizaje están abiertas para todos hasta el último momento de nuestra vida.

7 comentarios:

  1. Una ternura total: por parte de Elvira y por la de África, la encantadora niña que sabe poner caras glasiosas..
    En estos puntos, toda teoría se viene abajo, tanto es el gozo qye proporciona la cercanía de los niños, máxime si son los nuestros.
    Me ha encantado

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    1. Yo he sido más bien agrio para los míos. Quizá hasta me he pasado a criterio de quien me ha rodeado, pero es completamente cierto lo que dices y es posible que la edad me vaya saltando los diques de contención afectiva. Te mando un beso.

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  2. Ciertamente interesante ...

    Saludos
    P.S :¡ mejor tus selecciones de clásica !

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  3. Sí señor, muy buen artículo Antonio. Los niños se nos presentan como una página en blanco con lo que tenemos que tener mucho tacto con lo que vamos a ir pintando ahí. Ellos, de todas formas, por mucho que pintemos, nos van a imitar, así que empecemos por ser buenos ejemplos el tiempo que nos toque disfrutarlos. ...y que siempre disponemos de capacidades para adaptarnos a nuevas situaciones porque nuestras posibilidades de aprendizaje están abiertas para todos hasta el último momento de nuestra vida. Fuerte abrazo.

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  4. ¡Ay, Antonio, cómo tus artículos directos, claros, pueden provocar sin embargo algún dolor recordando mi historia! Pero al final me hacen bien. Gracias.

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  5. Deverdad que dan ganas de hacerla en mazapán y comersela jajaja. Te imagino con la sonrisa de oreja a oreja y nos lo contagias. Y si de paso aprendemos a mirar con el cerebro como tu, mejor. Disfrutalas así siempre que si no fuera por las fotos-instantaneas, pasaría como el humo. Y enhorabuena

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  6. De alguna manera los pequeños para mí concepto son tan gratos, adaptables, y me resultan geniales. Ha crecido notablemente la pequeña África y Elvirá con ella. Besos

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