El
anterior comentario de Manuel creo que completa lo que quisimos ofrecer en el
texto anterior sobre la amplitud del ámbito de estudio que merece la pena
ofrecer a los pequeños, una vez que hemos estudiado el cuerpo: sus partes, sus
sensaciones y las variadas formas en que se puede conocer el nuestro propio o
el de los amigos. Él nos ofrecía en primera persona la propuesta concreta de su
grupo sobre el plan que seguramente les puede llevar meses para precisar los
planos de sus casas, cosa que más o menos, se afronta cada curso como parte del
plan de trabajo, si bien cada vez de manera particular en función de las
especificidades del grupo de alumnos en concreto.
Una
especie de casa colectiva es el recinto del aula concreta en el que el grupo al
completo ha de vivir durante el curso que acaba de comenzar. La clase es un
espacio suficientemente grande como para que se pueda diferenciar de la
habitabilidad de la casa. Está formado por espacios fijos que se suelen llamar rincones:
biblioteca, cuarto de baño, cocina,
representación o lógico-matemático. Otros son más de quita y pon y se usan en
función de las necesidades del grupo para una cosa o para otra: asamblea,
comida, siesta, psicomotricidad… El
grupo se suele dividir en equipos que se distribuyen en los cinco días de la
semana y a los que se asocia un color que los diferencia y los identifica al
mismo tiempo. No es fácil que los niños asuman esa manera de trabajar y hace
falta un tiempo prudencial para que vayan conociendo las particularidades y los
compromisos que se asumen con relación a su propio equipo y a su grupo al
completo. También aquí y en este cometido hay que dedicar tiempo para que vayan
interiorizando los distintos niveles de relación que asumen. Con ellos mismos,
con los miembros de su equipo, con el grupo en general…y es ahora, al principio
del curso cuando toda este interrelación tiene que quedar clara para que no se
sientan perdidos.
La
escuela en su conjunto es otro ámbito que, salvando las diferencias con el grupo,
también les condiciona la vida, si bien en la medida en que hagamos extensivo
el nivel de influencia de los espacios o de las personas, al mismo tiempo es
más superficial. Hay que planificar, por tanto, salidas preparadas y discutidas
a los distintos espacios. Es fundamental desde el principio que los pequeños
sepan cuanto antes y lo mejor posible el entorno físico que los acoge, que los
define y que los condiciona porque
seguro que les ofrece posibilidades de desarrollo y de relación que los puede
enriquecer pero al mismo tiempo también les aporta condicionantes con los que
tienen que aprender a vivir y conocer que en la vida no hay nada ni nadie que
sea completamente bueno ni completamente malo. Las cosas, los espacios, los
tiempos, las personas que viven con nosotros son posibilidades abiertas que nos
ayudan a crecer sin duda, pero también son límites que nos dicen que la vida
tiene unas reglas que todos debemos asumir y que aprender a desenvolvernos
dentro de ellas.
Estos
niveles de conocimiento en los que va a desenvolverse la convivencia a partir
de los tres años, los más pequeños tienen otras particularidades diferenciadas
que trataremos en semanas sucesivas, no se interiorizan fácilmente sino que
necesitan de exhaustivas explicaciones y, sobre todo, de vivencias compartidas,
que esa es la mejor forma de aprender, ahora y siempre. En ese empeño se nos va
a ir pasando el primer tiempo del curso sin que podamos precisarlo de manera
matemática de antemano. Cada grupo nos va a ofrecer sus particularidades, por
lo que el desarrollo de la programación prevista tiene que disponer de toda la flexibilidad
necesaria para que las propuestos por parte de la persona responsable lleguen a
los pequeños con armonía y no les susciten agobio sino incentivos. No hay por
eso ni libro ni editorial que mejor distribuya el desarrollo de la programación
de un grupo que el propio maestro que tiene la responsabilidad del grupo y que
es el que, a fin de cuentas, tiene que responder de él.
las estrategias escolares que llevamos poniendo en práctica, afortunadamente con éxito en la Escuela Pública, desde durante buena parte del pasado siglo y hasta la actualidad.
ResponderEliminarimpecable la labor positiva de los espacios, bien llamados 'rincones'
besos
El diseño de los espacios muestra la intención pedagógica de cada escuela, y no sólo el espacio del aula, también los espacios comunes, y especialmente el del patio (escenario de buena parte de las observaciones que hiciste en tu libro "Educación infantil".
ResponderEliminarHay otros espacios que nosotros no diseñamos pero que sí elegimos: los lugares a donde vamos con nuestros alumnos. Este jueves dormiremos en la granja-Molino de Lecrín, un espacio mágico donde estaremos al cuidado del duende Mandarino del que los niños ya saben sus palabras mágicas: "Sigolago, pipapupapa, ei ei, cruá".
Si te acuerdas, siempre dije que nuestros niños recordarían de nosotros tres cosas sobre todo: la comida, el patio y las colonias. Son muy intensas esas vivencias. Yo creo que me moriré con la vivencia de la zorra en la Ermita Vieja que salimos con las linternas a reconocer el terreno y, cuando empezaba a irse la luz natural hicimos una asamblea en medio del camino y nos salió una zorra que nos miró un buen rato porque nos quedamos en completo silencio y se fue alejando y meándose en los linderos del camino hasta que se perdió de nuestra vista. Por lo menos cinco minutos. Los niños dijeron: ESTÁ BUSCANDO NOVIO. Impresionante, de verdad.
EliminarNo sé por qué llevo desde ayer sin poder entrar con mi nombre al blog, así que hago constar que este anónimo soy Manuel Ángel Puentes
ResponderEliminarNo te preocupes demasiado, que a veces pasa eso sin que se sepa muy bien por qué, al menos yo.
EliminarAunque siempre se dice que la escuela enseña y la casa educa, es cierto que la sociedad ha evolucionado mucho...y ya no exista esa "casa", que hay que tratar de suplir con esa gran casa colectiva....
ResponderEliminarSaludos
Siempre he echado en falta la concurrencia de profesionales ajenos a la enseñanza a las escuelas para que hablen o respondan preguntas de los pequeños. ¿Qué opinas de esa posibilidad? ¿Has tenido tú oportunidad de realizarla, y en caso afirmativo cómo la valoras?.
ResponderEliminarSaludos,
Recuerdo una situación en unas colonias en la Fuente del Hervidero. Bajo una gran encina estábamos con el grupo de niños y también se había guarecido del calor un pastor con sus cabras. Un grupo de niños vino a preguntarme "¿por qué las cabras llevan campana y las ovejas no?" yo les remití al pastor, aclarándoles antes que a eso se le llamaba cencerro. El pastor les contestó: "es que las cabras son de la piel del diablo", con lo que consiguió que todo el grupo se sentara a su alrededor a ver qué más les podía enseñar.
EliminarManuel Ángel Puentes
Es que donde se ponga la fuerza del directo no se pone la explicación de ningún maestro. Cuándo vamos a terminar de enterarnos...
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