Entre
las muchas aportaciones que nos ofrece el mundo moderno está la de entender que
la expresión de que el mundo es un pañuelo es hoy más verdad que nunca. Entre
otros valores me ha permitido establecer una entrañable amistad con Ivonne,
allá en Colombia y poder compartir con ella las inquietudes, las dudas, los
miedos con los que se encuentra a la hora de hablar a los padres sobre las
dificultades de aprendizaje de los niños o sobre los interrogantes de su
educación. Me siento muy cerca de sus preocupaciones por la cantidad de veces
que las he sentido yo cuando me he tenido que enfrentar a situaciones
parecidas.
El
otro día quiso compartir conmigo su esquema sobre la AUTORIDAD, del que tenía
que hablar esa misma tarde y quería que yo le aportara ideas. Francamente me
llenó de gozo y con toda la responsabilidad le hablé de lo que yo haría. Sé que
son mundos distintos el de la Colombia de hoy al de la España de un ayer que
todavía no es muy lejano, pero me atreví a sugerirle algunas ideas, no tanto
ligadas a la parte técnica, cosa que ella se ve que domina mejor que yo porque
se dedica a la asesoría casi en exclusiva mientras que yo he sido sobre todo un
maestro que se ha enfrentado muchas veces a grupos de familias desde la
intuición y desde su experiencia de la vida. Me atreví a sugerirle que
mantuviera su esquema de trabajo delante de los ojos, pero que empezara su
reunión hablando con las familias y haciendo que ellos fueran desgranando cuáles eran los principales
problemas con que se encontraban a la hora de educar a sus hijos. Estoy seguro
que están relacionados con el poco tiempo que pasan con ellos, con la falta de
conocimiento sobre temas de educación y
con deformaciones de sus propias experiencias de cuando fueron niños.
Seguramente habría elementos nuevos pero los que he mencionado estaban
presentes.
No sé
si Ivonne, que me escuchaba con interés porque sin que me explique muy bien por
qué tiene un alto concepto de mi valía como maestro, pudo asumir el contenido
que yo intentaba transmitirle que no estaba relacionado con el contenido
técnico del tema sino con la naturaleza humana de ese grupo de familias que
asistirían a su charla y que por el hecho mismo de asistir estaban demostrando
un interés por el tema. Me parecía que
el hecho de que alguien intente abordar una seria de problemas ligados a la AUTORIDAD
y quiera hacerlo preguntándoles sus experiencias y sus dudas sobre el asunto
significaba una deferencia y un respeto a sus historias personales y un deseo
de no irse por las ramas sino de abordar sus problemas concretos por más
parecidos que puedan ser con los de cualquier otra familia de cualquier otro
lugar del mundo. Esta propuesta de comienzo también pretendía hacer a las
familias verdaderas protagonistas del análisis de sus problemas y de las
propuestas de solución a las que hubiera de llegarse.
No he
tenido ocasión de comentar con Ivonne todavía cómo fue la charla, si las familias simpatizaron con su discurso y
si lo que le dije le sirvió para algo. Sé que no es fácil poder comunicar algo
de utilidad desde tiempos distintos, desde espacios distintos y desde
personalidades distintas. Yo intentaba ofrecer, sobre todo, una actitud
personal basada en el respeto y en la valoración de esas familias para poder
empezar a desentrañar cualquier tema con ellos partiendo de sus propias experiencias
como muestra de respeto y de consideración. A partir de esta manera de comenzar
el tema, estoy seguro que evolucionaría desde una posición de complicidad y de
confianza porque las familias habrán podido ver en ella una persona cercana que
no las ignora sino que cuenta con ellas para afrontar las dificultades con las que se están
encontrando cada día a la hora de educar a sus hijos. Seguramente que habrá que
volver sobre este tema pero aquí dejo mis primeras pinceladas y mi
agradecimiento a Ivonne por su consideración de mi humilde testimonio de un
maestro con una larga experiencia y con muchas inquietudes.
Reflexionas sobre un tema muy delicado que exige mucha mano izquierda para tratarlo...Y tu diplomacia es clave para poder hacerlo!
ResponderEliminarUn cordial saludo
Mark de Zabaleta
¡Ah, la AUTORIDAD y sus múltiples variantes, quién la sabrá administrar justamente, Antonio!
ResponderEliminarAbrazos, a brazos dos
Querido Antonio !
ResponderEliminarLa Autoridad ! que dificil ejercerla sin ser injusto, yo prefiero el conocimiento, la comunicación, el respeto, el amor ante todo- la palabra Autoridad me suena a ordenes, y nunca me gustaron las ordenes ni la disciplina propuesta con autoridad.
Recuerdo una vez cuando mi hija era chica ( cinco o seis años mas o menos ) estabamos yo la llamaba ( ella estaba jugando en casa ) y me contestaba: Ya va, mamà, ya va ! y vuelta a llamarla y ella seguida ya me queda poco,ya voy !!!!! y entonces mi cuñado ( un gran defensor de la autoridad ) me dijo- ves? llamas a tu hija y no viene a la primera como la mía- y yo le conteste- la tuya viene a la primera porque te tiene miedo y no rechistar para nada por temor, la mía sabe que puede flexional y lógicamente al final viene :) pero sonriendo y pidiendo disculpas por tardar, entonces yo la beso y le digo, hay que venir antes Luci y ella dice, si, mami pero es que me lo estaba pasando tan bien.
Bueno, me he acordado de este detalle y queria comentartelo.
Como siempre te leo embelesada y no me extraña que acudan a tu talento como educador.
Besos a montones y un lindo abrazo
Aurora
Querido Antonio, te contesto.
ResponderEliminarComo dice Pilar, la autoridad tiene muchas variantes. Entiendo que tu te refieres a la Autoridad como ejemplaridad, mi papà por ejemplo era una autoridad en su trabajo en su humanidad y en su hacer. Tu lo eres en la forma en que escribes, nada imitable, totalmente personal. Eso te hace grande !
Lo que pasa es que yo como bien tu sabes, me suelo ir por las ramas, es decir planto tomates, y planto lechugas junto con fresas, todo es comestible :) cada cosa es cada cosa.
Te comprendo perfectamente amigo mío. No he querido decir Autoridad con poder, simplemente que mi cuñado tomaba su autoridad commo padre para ejercer un poder que realmente no le corresponde, porque el poder es negativo siempre que se ejerza con miedo.
Como ves, me estoy estirando por los pepinos esta vez, pero tu ya me entiendes, y no hacen falta mas palabras- Gracias por tu lindo comentario y por tu aclaración, aunque ya te habia entendido perfectamente.
Un fuerte abrazo y un mas fuerte beso
Aurora
A propósito de tu anécdota, Aurora, la mía era muy similar: Mi madre, o mis queridos nueve hermanos mayores que yo, contin uamente :"Pilica, arriba, Pilica abajo" Yo a toda orden contestaba sin pestañear: 'Ya voy, ya voy' y quieta me estoy'. O sea, la fórmula me vino de perillas para hacer siempre o casi lo que bien me pareció, jejejeje, ¡la autoridad!
EliminarHola, Antonio
ResponderEliminarMe ha parecido interesantísima la anécdota que cuentas acerca de tu encuentro virtual con una asesora educativa colombiana. Desde mi particular punto de vista, sé que la persona que ha tenido las vivencias, que ha debido tratar los temas desde su cotidianidad y trabajo, adquiere conocimientos únicos por ello lo llamamos Maestro.
Veo en Ivonne la típica persona que desea investigar para llegar más allá de lo que le traza el deber. Estoy segura que ella leyó tus escritos y encontró en ellos signos de una persona preparada que podría dar una luz con un tinte de color diferente que ella podría poner en práctica en sus labores diarias.
El tema de la Autoridad es hoy por hoy muy controversial puesto que a nuestros hijos los han “bombardiado” con infinidad de películas e incluso con dibujos animados que invitan siempre a la desobediencia y al desprecio de las reglas mínimas de convivencia humana.
Tu consejo de comenzar una charla con los padres de familia desde el respeto y la valoración de las actitudes particulares me parece estupendo y algo que es válido en cualquier latitud.
Es posible que a algunos les parezca muy fuerte la palabra autoridad, pero ella es muy necesaria para guardar el orden en todos los campos de nuestra existencia.
Un abrazo, feliz fin de semana