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domingo, 29 de julio de 2012

CONTROLES

Estamos ofreciendo tres capacidades o circunstancias de la vida de los menores en los que pronto comprenden que son fuertes frente a nosotros y que con facilidad son capaces de sacarnos de nuestras casillas por lo que estamos obligados para salir de esos atolladeros, bien a pasar de ellos y dejarlos como cosa perdida, cosa verdaderamente desdichada y que significa la claudicación y el que cada uno se las apañe como pueda o bien, y es lo mejor que nos puede pasar a todos, cada uno es consciente de su fuerza y termina pactando y negociando para que ninguno de los criterios en litigio aplaste por completo al otro.
Hemos hablado del sueño y de la comida. Hoy sacamos a la luz el tema de los controles en sentido amplio. Podríamos significarlo en los esfínteres específicamente, pero también sería injusto porque me parece más completo y más ajustado a la realidad hablar de los controles en general. Concretamente con los esfínteres muy pronto averiguan que ellos son capaces de ofrecernos sus fluidos, sus excrementos como una especie de dádiva que nos satisface y que a ellos les da placer pero que también pueden retenerlos y eso significa preocupación para nosotros. Ellos son capaces de preocuparnos si quieren. Se establece entonces la lucha porque terminen aceptando la realidad de las cosas y permitan que su cuerpo ejerza las funciones que le corresponden o bien les persuadimos de lo bueno que es que todo funciones como debe, con lo que estamos todos tranquilos.
Sé que no es sencillo y que es una especie de prueba de cada día en la que nuestra capacidad tiene que demostrar su templanza y sus recursos para que a través de la comunicación y el agrado los menores aprendan a ceder al mundo y a nosotros mismos lo que les sobra de su cuerpo. Que asuman ese fenómeno como algo natural, que les corresponde a ellos sobre todo y que, una vez cumplido, todo está bien y todos nos alegramos de que sea así. Es verdad que muchas veces son secuencias más bien escatológicas y difíciles de contar, pero hay que decir con claridad que más de una vez nos vemos en la taza del cuarto de baño despidiendo con gusto los orines o la caca y haciendo que los pequeños se sientan importantes por haber sido capaces de permitir a sus músculos que ejerzan su función y que permitan que salga de su cuerpo lo que la naturaleza tiene previsto para esos momentos.
Al referirnos a los controles desde luego el ámbito es más amplio que los esfínteres estrictamente. Cuántas veces no nos mordemos las manos antes que permitir que se arme un pollo ante una barraquera del menor en el momento más inadecuado para nosotros: en medio de una cola, delante de una visita, cuando puedes estar alabando sus cualidades y en ese momento decide el pequeño que te vas a enterar de lo que es bueno…. Tantas situaciones en fin de las que solo podemos salir a base de mano izquierda y de determinación, combinando estos dos ingredientes con destreza para que los menores entiendan que, por una parte estamos resueltos a hacer valer las disposiciones que hayamos defendido en ese momento y que por otra también estamos dispuestos a negociar en todo momento con ellos para que no se sientan marginados de nosotros y tratados como enemigos. Y es cierto que eso significa casi un examen permanente de equilibrio y de madurez que la vida nos pone delante. No siempre estamos con capacidad para salir airosos de lances tan complejos, pero debemos intentarlo insistentemente porque eso va directamente ligado al crecimiento de los menores y al nuestro como referentes para nosotros mismos y para ellos.

3 comentarios:

  1. Una interesante percepción de esa progresiva, paulatina, y constante formación para alcanzar una educación de base...para toda la vida.

    Un cordial saludo
    Mark de Zabaleta

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  2. me gusta todo tema de niños me gusta , por que somos genetica una pequeña parte y costumbres una muy amplia y claro esta esas algunas solas las pillara el niño por la calle de vista etc otras las mas la educacion que sostenga dentro de cada hogar hay que decir aun no venga al caso yo di dos hogares el de la genetica de visita el de la abuela y tia bueno al final me crio la calle todos daban trabajar los padres y el oficio del esparto dentro de la casa la abuela de limpieza y comida fenomeno de atencion nula era tambien muy inquieta pudiera ser como medio de llamar la atencion son cosas pasadas mis perros dan mas atencion en mi casa que yo tuve nunca y mi nieto de cinco años el dia que le toca al hijo tenerlo que no echa de menos dan asi desde mes y medio da dos casas , da y lleva mas atencion de mi que yo lleve en mi vida , con la cosa que yo toda mi vida tuve o me echaron en cara aquella me prestaron desde 3 a 14 ya desde esa edad cuidaba yo ancianas noche y dia hasta que case , bueno lo que yo hago por el nieto es a fondo perdido , es mas me recuerda mi niñez , y solo quiero verlo feliz , asi me interesa todo el tema de niños , y lo bordas

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  3. De más está todo control a los pobres críos si, previos, no aceptamos los controles a la población adulta. A los peques, mejor que control de norma, les debemos vigilancia y celo constantes. Noche y día.
    (Ayer se nos medio ahogó aquí una niña de 19 meses. ¡Todos echaron a faltar un control a los padres y a dos amigos/as adultas que 'la vigilaban', que no le perdían ojo a la criatura! Y para más inri, el responsable, por Ley, ¡toma ya! fue el pobre socorrista)
    Control, control
    Si es por que recapacitemos, a propósito va tu escrito.
    Bs

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