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domingo, 1 de enero de 2017

JUGAR


         Reconozco que en el texto de la semana pasada tendría que haber dicho que estaba deprimido. Lo que pasa es que no quise y preferí contar lo que conté y que fuera la palabra la que hablara de mi situación interior y también la que me sanara de aquella coyuntura. Y todo eso pasó y a medida que iba saliendo de mí me iba curando. Yo lo notaba porque lo que dentro de mí era una nube negra que me tapaba la visión, a medida que se iba convirtiendo en palabras tomaba forma, se tornaba en medidas concretas y permitía una guerra limpia, no contra un fantasma sino contra una experiencia adversa de la vida que necesita un contrapeso positivo que esta mañana se llama juego.

         La grandeza de los pequeños es que su vida es un conjunto de primeras veces que cada día les permite experimentar como si cada vivencia fuera la única. Su arma infalible, el juego, es la que los trae y los lleva de un espacio a otro, de un tiempo a otro, de una persona a otra sin otro orden que el de entrar en contacto con todo y a través de esos contactos incipientes aprender que el mundo es tan amplio que todos cabemos en su interior y que está esperándonos en todo momento para que lo toquemos, nos incorporemos a su estructura de espacio y de tiempo y mientras vamos probando qué significa el contacto nos vayamos dando cuenta de quiénes somos y de las posibilidades que tenemos de relacionarnos con los espacios y los tiempos que nos rodean, que forman parte de nosotros y que nosotros formamos parte de ellos a la vez que juntos configuramos la vida.

         En estos tiempos aparecen en la tele imágenes de pequeños a los que se pretende enviar juguetes para que gocen de la misma forma que gozan los pequeños del primer mundo,  aparecen corriendo en sus pablados mientras dirigen con palos el ritmo y la dirección de llantas de ruedas de bicicletas. Otro tirando de un primitivo carromato de plástico que nosotros lo conocimos albergando mantequilla.  Eso sí, con su hilo para tirar y con sus cuatro ruedas incrustadas debidamente para que forme un carro en toda regla. Sus ojos nos hablan de que se sienten protagonistas de esos juegos que para ellos significan la explotación de sus posibilidades aunque para nosotros que no podemos, al parecer, imaginar otro mundo que el nuestro, nos impulsa a enviarles muñecas y camiones como los que usamos nosotros en vez de valorar los suyos y aprender de ellos que el juego no entiende de procesos comerciales sino que nos desafía en cada momento a formar parte de los posibles procesos que tenemos a nuestro alcance.

         Cuando era pequeño jugábamos con esas mismas ruedas y no me identificaba para nada con la sensación de miseria y de pobreza mental que los anuncios pretenden mostrarnos de los pequeños que las usan en la actualidad. Nuestro problema no está en las mentes, que en cualquier circunstancia son capaces de obtener posibilidades de aprendizaje y de gozo, independientemente de las monedas que tengan en sus bolsillos. No. Nuestro principal problema es la enorme dificultad que tenemos para dedicarnos a aprender de unos y de otros porque no hay un solo mundo posible. Cada tiempo y cada cultura ´ha dispuesto y dispone de recursos para que sus miembros más pequeños obtengan los aprendizajes que precisan para su adecuado crecimiento. No recuerdo que mis carreras con llantas de bicicleta me supusieran limitación alguna de carencias que no conocía y sí, en cambio, procesos de crecimiento hasta encontrar el mejor giro o la velocidad mayor según el grado de destreza que iba asumiendo con el ejercicio continuado.

         Se juega a vivir y vivir es el juego y el permanente tanteo de lo que no conocemos hasta alcanzar su dominio para, una vez conseguido, lanzarnos a un nuevo desafío.  Y así interminablemente.

5 comentarios:

  1. Quizás los mayores hemos perdido la capacidad para jugar con la imaginación o simplemente usar la imaginación para jugar.
    Saludos

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  2. Habra sido la urbanizacion.
    Cuando voiy al centro pienso en los niños dentro de esos edificioa
    Recuerdo mis juegos de payana con piedritas, o todo el barrio detras de una pelota
    Y no eramos de medios escasos
    Otros valores?
    Pero quein le dice a los nietos/as no tengan un celularrrr
    Por aca la inseguridad es nefasta asi que ellos no juegan en la calle como mis hijos
    Recuerdo haber jugado con uñecas grandototas que podia abrazar amorosamente
    Ahora les compran una muñequitas flacas escualidas
    ero lo que mas preocupa es la falta de tiempo de los mayores para dedicarle a los niños tiempo y......amor.
    Cariños

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  3. Ahhh
    Buen año 2017 para ti y seres queridos !!!!
    Gracias por siempre estar !!!!

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  4. *No hay un solo mundo posible*
    Tú lo has dicho

    Feliz 2017!!

    abrazo

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    Respuestas
    1. LO CIERTO ES QUE TODOS LOS DÍAS SON BUENOS PARA APRENDER, SI UNO TIENE LA ACTITUD CONVENIENTE. ESTE ES MI BESO DE AÑO NUEVO.

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