



Cada vez que salía la conversación era la misma cantinela:
- Es que tú, mamá, tienes muy mala leche, porque la tienes rehuntá.
Nunca quedó claro, a pesar de las risas, cómo le afectaba. Era la Chacha, sobre todo, la que no se cansaba de contarlo, probablemente por destacar su protagonismo. Que cuando la niña había nacido la echaron con los trapos sucios sin darse cuenta, que a los 27 días su madre murió y que ella la recogió y cada día la llevaba de puerta en puerta de las paridas:
- Dale una chupaíca a mi niña, que a lo mejor un día es tu nuera.
La leche materna era una bendición y, sobre todo, gratis.
Luego hubo unos años, los 70, quizá, y algunos más, en que cayó en desuso. El que no tenía posibles solo podía tragar por uvas pero los más pudientes glorificaban la leche en polvo y llegaban a argumentar la conveniencia de mantener las tetas maternas lejos de los tirones de los hijos para lucir tipo algunos años más. Como si la Historia no hubiera tenido sobrados ejemplos de que las madres de lustre tenían que mantener sus mimos corporales. ¡Así se criaban después los niños! ¡Sin vínculos! . ¡Para amamantar a sus hijos ya estaban las amas de cría¡.
Hoy no se discuten los beneficios de la leche materna. Los niños se criarán como puedan, porque hoy también hay de todo, pero el argumento se ha impuesto. Se habla, incluso, de los beneficios para la madre, de poder transmitir sus fluidos haciendo que su cuerpo mantenga sus canales naturales en buen estado. Para los niños, no digamos. La leche materna es el mejor salvoconducto de salud. Una joya, vamos. Y seguramente lo es. Yo también estoy de acuerdo.
Pero es que nos cuesta encontrar términos medios en casi todo. No basta con defender ese criterio, no. Ahora existe la LIGA DE LA LECHE que mantiene que leche materna libre en tiempo y en espacio. Vamos que las madres deben ir poco menos que detrás de los hijos cuando vayan de juerga por si en un descuido se les ocurre pedir una chupada. Recuerdo el drama de los destetes. Terrible. Se pintaban los pezones de negro, se echaban picante, las veías esconderse de los hijos. Probablemente el destete se mantenía siempre presente como tantos otros dramas de la vida. Las cosas se pueden promediar para que esa joya de alimento ejerza su función y, al mismo tiempo, huir de situaciones de dependencia inevitables. Se puede amamantar los primeros meses, ir mezclando sólido poco a poco y eliminar el pezón alrededor del año, más o menos.
Se está hablando de BANCOS DE LECHE MATERNA con un criterio similar al del resto de donaciones: sangre, órganos…. o sea públicos y gratuitos. Le alabo el gusto a quien haya tenido la idea. Un especie de GRAN CHACHA que vaya por el mundo recogiendo excedentes para ser almacenados en frío y aplicados después a quien los necesite. Seguro que no faltará. Si por casualidad faltaran destinatarios se podría escapar una chupaíca para cada uno. ¡No caerá esa breva!. ¡Ya quisiéramos!.