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domingo, 15 de enero de 2017

PRESENTE


         Voy revisando a medida que llega una nueva opción de escribir y alguien pudiera pensar que me dejo llevar por el pesimismo y por momentos hasta por la desesperación. Mentiría si dijera que no, a qué nos vamos a engañar. Sencillamente derramas la vista por las secuencias que aparecen en los noticieros y empieza a darle a uno hasta vergüenza de ser humano. Cada secuencia nueva que aparece nos hace pensar que aquello de que EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE ya no llega a ser verdad porque hemos conocido de cerca los comportamientos de los lobos con los suyos y para nosotros los quisiéramos.

         Tengo una secuencia de mi infancia que estoy seguro que será parecida a otras que tendréis quienes os detengais un momento a leer. En las fiestas populares las concentraciones humanas eran frecuentes. Los niños terminábamos soltándonos de la mirada vigilante de nuestras familias y en un momento determinado buscábamos el cobijo, bien por cansancio o por dificultades en la relación con nuestras amistades. No nos lo pensábamos mucho y todos nos hemos visto, no tengo duda, abrazados a una pierna que creíamos nuestra y no hemos sabido dónde meternos cuando la cara que nos miraba desde arriba no se correspondía para nada con nadie de los nuestros. De pronto nos sentíamos abandonados en la vorágine de gente durante una eternidad hasta que conseguíamos dar con la luz de unos ojos y unas manos conocidas que nos acogían y nos hacían sentir en nuestra casa, estuviéramos donde estuviéramos. La secuencia podía durar unos minutos pero hay muchas eternidades que duran unos pocos minutos.

         En los primeros años de vida las vivencias son inmediatas, lo mismo las buenas que las malas. Podemos pasar del gozo a la desesperación en cuestión de segundos y los dos sentimientos se nos producen con máxima intensidad. Eso nos hace sentir a los adultos que pululamos alrededor de los niños un poco ridículos porque nosotros ya hemos olvidado esa forma de vivir tan inmediata y tan intensa, tanto para lo malo como para lo bueno. Los pequeños se suelen desesperar porque no comprender cómo los adultos no son capaces de sentir con ellos y los adultos a su vez no paran de reclamar a los pequeños un  poco de calma cuando los ven reaccionando con esas formas tan radicales. Parece que no hay modo de que se comprendan cuando verdaderamente están muy cerca los unos de los otros. Sólo los diferencian la cantidad de experiencias vividas que en el caso de los mayores les ha hecho aprender que los ritmos de vida tienen que dosificarse porque ni lo blanco es totalmente blanco ni lo negro es totalmente negro y eso mismo es imposible para los menores que, recién llegados a este mundo necesitan el blanco limpio y el negro igual para diferenciar el contenido de sus experiencias.


         Y lo curioso es que podemos estar manifestando nuestras diferencias insalvables de percepción ante acontecimientos que se pueden estar produciendo en el mismo momento. Un mismo hecho es imposible que sea percibido con el mismo significado si lo experimenta un menor o si se trata de una persona adulta. Esto nos debe hacer pensar que la cantidad y calidad de vida que cada uno de nosotros alberga dentro de sí es determinante a la hora de relacionarse hasta el punto de que podemos estar hablando de mundos imposibles de entrar en relación por más que los afectos intenten acercar posiciones de unos con otros. Es que los mundos interiores que vamos arrastrando cada uno no pueden ser idénticos y están determinados por la cantidad de vivencias que llevan en su interior. Esta realidad nos puede desesperar pero sería más razonable que aceptáramos que nuestras diferencias nunca son insalvables pero que nuestros acuerdos tampoco son totales en ningún momento. 

9 comentarios:

  1. Ni lo blanco es todo blanco ni lo negro, negro.
    Y que nos perdemos lastimosamente en discernir coloraciones, desde nuestra posición de observadores, cuando lo cierto es que la realidad nos supera y se impone (blanca, gris, colorada, escarlata, verde, negra tizón...) porque para eso , entre otros menesteres, estamos: para ver, aceptar o deplorar "la vie en rose"!!!´

    Bss

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    1. Seguramente llevas razón una vez más, y ya van unas pocas, y la realidad nos sobrepasa cuando quiere y como quiere. Debemos, al menos, procurar no perder el paso para nos perdernos en el desconcierto. Un beso

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  2. Antonio, ¿qué te ha pasado en este periodo en que la escuela ha estado de vacaciones y yo con ella?

    No te reconozco en estos últimos mensajes y no sé dónde se están quedando los niños y la escuela que nos convoca semana a semana a tu blog.

    Tanto pesimismo no da pie a mucho comentario.

    Un abrazo

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    1. Recuerda, querido Manuel, que al final todos somos de carne. Tomo nota de lo que me dices y pensaré en ello sin duda. La verdad es que lo de Trump me ha llegado al alma, francamente. Estoy desconcertado y creía que Hilari tenía más apoyos dentro de su pais aunque no me fío ni un pelo de las maniobras interiores para que no salga aunque tenga tres millones de votos más que Trump. Me resultan inquietantes las perspectivas del futuro inmediato y tal vez me he dejado llevar. Recuerda que soy un jubilado de todas formas. Un abrazo

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  3. Al final, Hobbes tenía mucha razón...

    Saludos

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  4. Hemos perdido a capacidad de asombro.
    Tanto...que nos inventamos una nueva anestesia social.

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  5. Crecemos nos vamos educando y a su vez vamos perdiendo esa capacidad de integrarnos al otro
    Hace unos dias tuve un hecho en el super
    Un nene mas o menos tres sños a cuatro en el carrito llorando sin lagrimas y la mama que no cedia
    Esperabamos turno en la fiambreria y yo veo un niño y me enamoro asi que ella pobrecita tenia una cara de martir y al mirarla me dijo no puedo ceder
    Yo le dije que era lo mejor que podia hacer y luego comence a mirar al pequeño y a dscribir lo bonito que era
    Tal vez por pieda a mis canas y arrugas el niño ñevemente dejo de llorar
    El dependiente le decia que si segui llorando lo iba a poner en la heladera
    Yo le dije que no y que su mami tampoco lo iba a permitir
    Que era bueno llorar y hace un berinque de vez en cuando pero que era mas lindo oir un cuento y alli nomas me plante a contar Manuelita la tortuga
    Fue mas efectivo
    Tratar de busa r en el otro aquello que realmente quiere escuchar o que lo escuchen pero claro el hombre en su tenaz deseo destructivo no habla......discute
    Cariños

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    1. Qué gusto tu referencia a Manuelita, la tortuga. El último grupo de pequeños que tuve vio la peli y hablamos largamente del contenido, de los personajes y de su mensaje. Te agradezco el comentario, propio de alguien que sabe cómo se deben mover los hilos. Un beso

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  6. me gusta como escribes y trasmites lo que sientes desde adentro gracias

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