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domingo, 26 de marzo de 2017

JAVI


         En este momento, aprovechando que Javi se acaba de incorporar a la institución, me viene al pelo para hablar de la imprescindible renovación generacional y de las formas de incorporar personas nuevas y tiempos nuevos. Después de cuarenta años de vida es imposible pensar que los modos que un día fueron adecuados puedan mantenerse en el tiempo como si la vida hubiera permanecido estancada desde entonces. Algunos, entre los que me cuento hemos estado siempre muy interesados por conectar con las savias nuevas, tanto personales como en las formas de vida porque uno de los peligros que tiene una institución que nace es el de quedarse petrificada en sus principios como si la vida no evolucionara a su alrededor, con el consiguiente peligro de enquistarse.

         En el caso de Javi el contacto se produjo porque él nos eligió para hacer sus prácticas reglamentarias. Muchos profesionales nos han conocido por ese procedimiento. A mí me ha gustado mucho siempre porque permite a quien está empezando pasar unos meses observando una manera de trabajar en el grupo que se le asigna y también conocer cómo evoluciona un grupo de trabajo, las fuerzas que lo hacen moverse y vivir momentos especialmente dulces y también amargos, que de todo hay en la viña del señor. Todo eso con la tranquilidad que permite no tener que estar en primera línea de decisión, que para eso ya está el titular del grupo, y poder mirar desde el resguardo de su trabajo, que es el que de verdad tiene que responder ante las familias y ante el equipo docente. Yo no he vivido el privilegio de aprender así pero siempre he pensado cómo me hubiera gustado hacer mi aprendizaje profesional y lo he puesto en práctica como me habría gustado que me trataran a mí.

         Desde siempre les ha dicho a las personas de prácticas que procuraran aguantar todo lo que pudieran sin intervenir, que se dedicaran todo el tiempo posible a mirar, a observar todo lo que pasaba a su alrededor porque en el momento en que se pusieran a intervenir dejarían de lograr una visión panorámica para convertirse en una pieza más del engranaje. Ninguna posición es mejor que otra y todas pueden ser útiles para el conocimiento de un grupo y de los juegos de fuerzas que los hacen evolucionar pero sólo antes de intervenir por primera vez, una persona recién llegada puede extraer una visión desde fuera, como de alguien que no pertenece a ese conjunto. He insistido mucho porque es muy difícil de conseguir. Una persona recién llegada está deseosa de involucrarse cuanto antes en la vida del grupo y quiere formar parte de lo que se cuece en su interior y es normal. Lo que sucede es que en el momento que se involucra empieza a ser una pieza más y ya no puede ver el grupo en su globalidad. Ha pasado a formar parte de su vida interna.


         Me consta que en estos momentos Javi está con la baba por los suelos porque se ha producido su incorporación, después de muchos años, al proyecto que un día conoció, le emocionó y le hizo soñar. No deja de ser un privilegio pero ahora tiene que ir descubriendo con el paso de los días que su posición  ha cambiado radicalmente y que ahora es un miembro más del grupo para mal y para bien. Sus decisiones y sus iniciativas, que en las prácticas siempre estaban respaldadas por la persona responsable, ahora tienen valor por sí mismas y pasan a incorporarse de pleno derecho al armazón del funcionamiento diario. Son los distintos papeles que podemos representar en los distintos momentos por los que la vida nos hace pasar y que, en todos los casos, su importancia va a estar determinada por la autenticidad con que seamos capaces de vivirlos. Adelante, Javi, que la vida es tuya.

5 comentarios:

  1. Recuerdo cuando estaba contigo de prácticas, me dijiste esas palabras, tú observa, atento a lo que pasa, mira con detenimiento, y pasaban los días y las semanas, y yo hacía eso, observar, (que no mirar), hasta que me dijiste y ahora qué se te da mejor o qué te gustaría hacer, y me centré en ayudar con el área de plástica. El resto de compañeros no entendían por qué "no hacía nada" durante tanto tiempo, y yo les explicaba, estoy aprendiendo más que si hago, pues veía a los niños, te veía a ti, María a veces me llevaba a su clase de 5 años, JuanPedro con los pequeños, todos me dejaban ver, me explicaban, y eso confirmó mi idea romántica de la Educación. Como un sitio en el que recibes más de lo que das, aprendes más de lo que eres capaz de enseñar.

    Y si, es cierto que los tiempos han cambiado, muchísimo en un corto espacio de tiempo, la tecnología está aquí, y no podemos obviarla, son niños que viven con ella, y la escuela como parte de su día a día, de su vida cotidiana, también debe de vivir con ella. Esta tecnología ha traído cambios sociales importantes, siendo la impaciencia un rasgo de ella, la inmediatez, los resultados palpables en un corto periodo de tiempo, están ahí acechando, y eso ya es algo que no me entusiasma tanto, estos tiempos del aquí y ahora.
    Al final la sociedad marca un ritmo, las familias marcan un ritmo, la escuela tiene su ritmo, los niños el suyo propio, y ése es el que todos los demás debemos respetar, o deberíamos, pero no se si la sociedad está por la labor.

    La verdad es que mis ojos no son los mismos que cuando estaba de prácticas, que cuando estuve de apoyo a la integración o ahora, pasar por las escuelas de la Junta, te hace ver las cosas de un modo que antes no veías, o no eras consciente, de que no en todos lados se trabaja así o igual. Siempre digo que las escuelas de la Fundación son un caramelo muy goloso, que enamora, pero también muy amargo, pues es difícil encontrar ese sabor fuera de estas escuelas.


    PD: Antonio, en mi idea romántica de la Educación, también imagino el intercambio de opiniones entre compañeros, esto gracias a Manuel que me dijo la existencia del blog, y gracias a ti que escribes y el resto de personas que comentan, es posible; y el intercambio de libros, artículos, películas, entre compañeros, eso ya es algo más complicado, pero eh, es mi idea romántica de la Educación.

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  2. Bueno, Javier; estaba esperando que tú tomaras la palabra para entrar en este tema. Si a mí alguien me hubiera escrito algo así lo guardaría de manera muy especial. Es todo un honor que un maestro de maestros como Antonio te dedique una entrada.

    No eres el primer maestro que después de hacer las prácticas con nosotros acaban compartiendo el oficio en nuestras aulas. En nuestra escuela está Isa, que hace muchos años hizo sus prácticas conmigo. Y otra Isa, que ahora dirige una de nuestras escuelas, también hizo con nosotros unas prácticas especiales: las del convenio de Universidad y Empresa.

    Es una pena que en los baremos de selección de personal no se le puedan dar puntos a quienes nos conocieron en sus prácticas, pues eso nos garantizaría que, en igualdad de formación y experiencia, entraban en nuestras escuelas trabajadores que ya las habían conocido por dentro y que, por lo tanto, ya sabían cuál era nuestra manera de trabajar.

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    1. Si cuando me lo has dicho esta mañana estaba super nervioso, por encabezar el texto y ser parte de él, como bien dices, es un honor que he guardado con mucho cariño. Tanto a Antonio como a ti, os recomiendo ver The Hunt (La Caza) y I, Daniel Blake (Yo, Daniel Blake) creo os van a inspirar a escribir y reflexionar.

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    2. Para mí también es un honor formar parte de este diálogo que establecemos con otra serie de personas que ni conocemos siquiera. Esa es la forma de aprendizaje en la que creo porque no tiene fin ni lo necesita. Es camino y sólo camino. Un abrazo para cada uno

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