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domingo, 15 de octubre de 2017

ARMONÍA


         Nos estamos deteniendo estas semanas en el desarrollo muscular de los tres primeros años de vida porque probablemente se trate de un fenómeno bastante desconocido, bien porque nos queda muy lejos en nuestra memoria y es fácil asumir que no recordamos o bien porque la vida, pensamos con frecuencia, evoluciona por sí misma sin necesidad de que tengamos que estar siempre encima de ella como si hasta para dar un paso las personas tengamos que recibir instrucciones. Y no nos faltan razones porque es cierto que la fuerza de la vida termina encontrando una vía para imponerse y salir adelante. Pero es un error pensar que por esa razón el aprendizaje o el ejercicio dirigido sea inútil. Todos vamos a terminar hablando de algún modo, es verdad,  pero el aprendizaje produce que lo hagamos mejor que sólo por nuestra cuenta. Esta es la cuestión.

         El punto de partida es que las capacidades de movimiento que traemos las personas necesitan ejercicio para desarrollarse. Si atendemos a los primeros movimientos da la sensación de que no existe un objetivo para que se produzcan y es que el objetivo es justamente que se produzcan sin más. Cuando vemos a un pequeño correteando de una pared a otra y repetir la acción mil veces nos puede parecer desesperante o carente de sentido pero esa persona está perfeccionando su capacidad de desplazarse y no abandonará ese ejercicio hasta que no lo domine por completo y entonces lo complicará un poco más porque a medida que disponga de capacidades, los retos van haciendo más complicados. En educación como en casi todo, el uno quiere el dos, el dos quiere el tres y así se progresa prácticamente sin límite. Y esto es lo mejor que nos puede pasar porque es el fundamento de la evolución humana o histórica según que se trate de personal o global.

         Aprender conduce a dominio, a progreso, a nuevas curiosidades, a armonía para ejercitar lo aprendido, a saber usar de lo aprendido y a concretar nuevas incógnitas porque la vida es infinita y nos está invitando a seguir más allá siempre. Lo contrario, alguna vez lo hemos referido, es la inacción, quedarse sin recursos para alcanzar los conocimientos, mirar el mundo y sentirlo extraño y no entender que nosotros podemos y debemos formar parte activa de él. Aunque parezca raro decirlo, la verdad es que en un grupo de pequeños hay que estar más pendiente del que no entra en acción que del que parece que va a comerse el mundo porque no para quieto ni un momento. Es verdad que cada persona tiene su camino de progresar y la misión de familias o responsables educativos debe respetar muchas formas de aprendizaje porque todas pueden ser válidas. No hay un modelo prefijado pero cada uno tiene que protagonizar su aprendizaje.


         En este tiempo en que todas las referencias a la seguridad se han impuesto tanto que a todas horas las tenemos en la boca, debemos entender que por más que nos preocupemos porque la seguridad de nuestros pequeños sea lo más alta posible, al final los riesgos están siempre presentes y no hay modo de eliminarlos si no es enfrentándolos y superándolos cada uno personalmente. Nadie puede vivir por nadie sino que la vida hay que vivirla en primera persona. Los peligros, que son muchos y de muy diversa índole, no están para eludirlos sino para afrontarlos en las mejores condiciones posibles, dominarlos y sentir la fuerza interior que produce la resolución de las dificultades. No afrontar los peligros no nos hace fuertes sino más inútiles  y más indefensos. Es cierto que necesitamos calcular las dificultades siempre pero sabiendo que nuestra función es superarlas y que podemos hacerlo. El equilibrio y la armonía viene después y como resultado de la superación.  Eso es la vida.

3 comentarios:

  1. Siempre interesante ...


    Un cordial saludo
    Mark de Zabaleta

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  2. Hola Antonio.Estoy de acuerdo, la vida nos ofrece retos que hay que ir superando y a los pequeños hay que enseñarlos sin que se sienta sobreprotegidos.Un abrazo desde Valencia

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  3. "Nadie puede vivir por nadie sino que la vida hay que vivirla en primera persona".
    M
    Excelente reflexión, la vida es eso : un aprendizaje de todo y de todos.
    Saludos.

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