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domingo, 14 de mayo de 2017

CHUPE


         Sé que no es la primera vez que este tema aparece pero después de siete años, tampoco puede resultar demasiado extraño. Los motivos para que aparezca un tema pueden ser muy dispares. Hoy la excusa ha sido un artículo de prensa online que es la única que leo. La cuestión era que qué es lo que dicen los expertos y creo que me ha motivado porque estoy de expertos hasta la sopa. Entiendo que tiene que haberlos, tanto en este asunto del chupe como en cualquier otro susceptible de interpretaciones, pero leo el artículo y no puedo evitar que me dé la risa. Cuentan la conveniencia o no de utilizar el chupete en función de que pueda afectar al nacimiento de los dientes o, esto es de mi cosecha, a la deformación de la boca por meterse los dedos en el caso de que quitemos el chupe por las bravas.

         Muchas veces he verbalizado que los pequeños crecen a pesar de los adultos. Es exagerado, lo sé, pero no creo que tanto. Recuerdo en mi propia vida, que tampoco es tanto, cómo a los pequeños se les mojaba el chupe en azúcar para calmar su incomodidad o su llanto. Incluso en anís,  con lo que no quiero ni pensar la borrachera en la que caían los pequeños y seguro que se dormían. ¿No se iban a dormir si estaban como una cuba?.  Casi de antes de ayer recuerdo un anuncio de la tele en el que un dibujo de niño con cara de listo decía que debíamos darle a los pequeños  QUINA SAN CLEMENTE, un vino dulce de alta graduación y la razón era que DA UNAS GANAS DE COMERRRRR… Tampoco quiero dejar aquí un estudio exhaustivo de las tropelías que hemos hecho con los pequeños, siempre con la mejor intención, no me cabe ninguna duda, buscando su bienestar y ya de camino que nos dejaran un poco tranquilos también a los adultos porque las noches son muy largas y hay mucho tiempo para desesperarse cuando los persistentes llantos arrecian.

         No me puedo quitar de la cabeza, allá por 1984 cuando había bastantes menos expertos que fueran capaces de aportar algo sobre los más pequeños, una de las maestras que asistía a mi curso sobre la necesidad del juego para el buen desarrollo de los pequeños que me espera al final y me hace una pregunta de carácter personal para decirme que su hija de ocho años no paraba de chuparse el dedo desde que le quitaron el chupe y que toda su familia la persigue para que deje el vicio y la niña no para y tiene el dedo en carne viva y ella está angustiada y no sabe lo que hacer. Ella misma  esperaba que su hija se durmiera para quitarle el dedo de la boca para evitar, decía, que la boca se le fuera a deformar. En la conversación termina diciéndome el profundo motivo de su angustia y era que su hija le estaba preguntando cada vez con mas frecuencia: Mamá, ¿tú me quieres? Y esa inseguridad de la niña le estaba quitando el sueño.


         Yo no me he considerado experto más que en hablar con las personas y estar seguro que por ese camino es por donde pueden llegar las soluciones a los problemas que la vida nos plantea. Tampoco me consideré entonces cuando me compañera me manifestó su angustia. En realidad hoy tampoco tengo claro si mi propuesta fue válida o no pero no tuve dudas y le dije: Yo no sé lo que hay que hacer en un caso como el que me cuentas pero lo que sí te digo es que si fuera mi hija me iba con ella esta misma tarde a una farmacia y le pondría que eligiera unos cuantos chupes y que chupara hasta que se cansara de una vez pero que en ningún momento le faltara la seguridad de que tú, que eres su madre estás con ella por encima de que se chupe el dedo o que no. Hoy haría lo mismo.  

7 comentarios:

  1. Mi hija mayor tuvo chupe hasta la edad escolar, mi hija pequeña se chupó el dedo más o menos el mismo tiempo. Las dos consiguieron dejarlo cuando fue un problema para ellas, no mientras les argumentábamos con más o menos acierto los adultos.
    El viernes me preguntaba un padre sobre el chupe de su hija de 3 años y yo le dije que no se preocupara, que eso en treinta años se pasaba.

    Para los niños el chupe no es un problema; para los adultos es una vergüenza, porque es un signo externo de que no estamos educando bien a nuestros hijos. Y a mí me preocupan más los signos internos; ese "Mamá ¿tú me quieres?" que lo dice todo.

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    1. Yo tampoco sería capaz hoy de adoctrinar a nadie sobre lo más conveniente al respecto pero como tú dices, si alguien me sale con semejante pregunta sí que me dicho con toda claridad dónde le duele, con lo que el camino que tengo a seguir se me ha clarificado por completo. Un abrazo

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  2. los expertos (?) poncian las más de las veces
    Los inexpertos e inexperimentados, que somos legión, haremos santamente con cribar las afirmaciones de tanto experto. Hay en esta viña del Señor opinadores, mucho más exacto que expertos,en todas las materias y campos del saber. También en el campo de la ignorancia, como no podría ser de otro modo.
    Me atrevo a no opinar sobre la bondad y ocurrencia del chupete. Pero sí puedo decir que verdad absoluta al respecto no la hay. Mírese como se mire.
    Y lecciones sobre si chupete sí, chupete no, las justas

    Buen post, Antonio
    Bss

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    1. A mi me parece que el criterio que promueves se parece mucho a la prudencia de observar a cada persona para comportarnos en función de su individualidad y no obedeciendo a criterios más o m enos manidos. Quizá ese caminoi sea más juysto. Un beso

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  3. Hombre, el chupe como todo, tiene una primera vez, ahí quizá radique la cuestión, si no le damos la opción no lo conocerá y no lo extrañará. Pero no me atrevería a aconsejar. Un abrazo.

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  4. Es otra manera de verlo ... interesante reflexión...

    saludos

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  5. Cualquier opción puede parecer correcta si tan solo atendemos al razonamiento del experto que lo expone, del mismo modo cualquier opción puede resultar una locura si olvidamos el impacto en el pequeño o pequeña a quien va dirigido.
    Como siempre nos falta confianza en nuestro instinto.
    Un cordial saludo

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