De
pronto, no sabes muy bien por qué, una simple secuencia te pone en jaque, te
hace dudar de todo y, a poco que lo pienses, eres capaz de creer que nada
merece la pena y que en realidad estás
preocupado sólo de tu ego y el resto de objetivos que tanta motivación
te habían producido cuando iniciaste esta andadura se pierden en el magma de
una noche de frío o en la discusión de una cena que podría ser gloriosa pero
que termina en miserable. Y al día siguiente, sin explicarte mucho las razones,
te vuelves a sentar frente al ordenador y decides que todavía no te vas a
callar aunque el cuerpo de lo pida porque la infancia y su causa general es más
grande que tú, va a seguir presente aunque tú te calles y vale la pena
colaborar a que no sea el silencio, tu silencio, todo lo que seas capaz de
aportar a su causa.
Sé muy
bien lo que significa un día como hoy en el que por decreto de todos los
poderes hegemónicos ordenan que felices fiestas, que alegría porque la Navidad
es tiempo de esperanza y porque hasta tus argumentos amigos relativos al ciclo
del sol que acaba de cruzar el solsticio de invierno y que cada día te va a
ofrecer unos pocos minutos más de presencia hasta alcanzar su cenit allá por el
21 de junio en que la luz será máxima. Pues con todos los argumentos a favor
esta mañana lo único que me mueve es mi compromiso conmigo mismo de estar
presente en esta página y no tengo otro sostén que este puñado de palabras
huyendo del silencio, que es lo que me pide el cuerpo. Y no sólo por las
razones de que miramos las noticias del mundo y parece que se esconden las esperanzas
de mejora. Cómo quitarse de la mente el espectáculo de Siria y esos niños
deambulando como zombis por las calles sin saber ni a donde van.
Pero
no valen engañifas. Sé que puedo engañar a todo el mundo pero no quiero
engañarme a mí. La maraña que tengo delante de los ojos y que me hace verlo
todo borroso esta mañana no es de fuera sino interior, de distancia bien corta.
Puede que roce incluso mi propia piel, que sea mi propia sangre la que intente
noquearme esta mañana hasta dejarme completamente en silencio. He dicho muchas
veces, porque lo creo, que hay temas que deben formar parte del discurso
visible porque si no hay alguien que los mantenga públicos como si se trataran
de mariposas de luz que se sublevan contra la oscuridad y el silencio, es posible que termináramos hablando de la
problemática del fútbol y sus millones y poco más. Esta mañana ni siquiera soy
capaz de sostener si eso sería mejor para todos o no. Puedo incluso admitirlo
pero todavía me queda algo dentro que me dice que los pequeños deben seguir
presentes por encima o por debajo de nuestras propias miserias y que ellos
valen mucho más que nuestras miserias personales y que yo no empecé este COMO
NIÑOS para escribir hoy sí y mañana no.
También
he repetido y lo seguiré haciendo me temo, que no se trata aquí de estar
ofreciendo ideas geniales ni recetas de comportamiento para mejorar la vida de
los menores. Si recordáis, el empeño fundamental ha sido en todo momento y lo
sigue siendo hoy en horas tan bajas que todo el discurso de la infancia se haga
socialmente presente y compita con los grandes temas de actualidad porque
raramente van a ser materia de primera página algún asunto relacionado con
menores que no signifique un terrible suceso de un día sin tener claro si
detrás de esa noticia se encuentra el morbo del suceso en sí o los deseos de
mejora de las condiciones de vida para que esos sucesos no se repitan. De todo
habrá seguramente. Vosotros mismos con vuestros propios ojos estáis viendo lo
mismo que yo cómo arrastrándome palabra a palabra he resuelto mi compromiso de
hoy cumpliendo la decisión tomada va ya para seis años. Mañana será otro día.
Horas bajas tenemos todos, pero tú tienes lectores, y aunque a veces nos importa todo un carajo, siempre ayudan los apoyos.
ResponderEliminarNo te quepa duda, Ignacio que los comentarios ayudan, son palabras a fin de cuentas y se agradecen todos, uno a uno. Un abrazo
EliminarUna frase, de todo el artículo. Lo demás (incluídas las reflexiones personajes y/o las llamadas a las conciencias) ha de ser estrictamente personal)"LA INFANCIA Y SU CAUSA GENERAL VALE MUCHO MÁS QUE TÚ"
ResponderEliminary ese TÚ, mayestático
En fin.
Abrazo
Una vez más estoy de acuerdo contigo y ya van varias. Lo que pasa es que inevitablemente se deslizan girones personales porque al fin estamos hechos a base de girones. Te mando un besxo, amiga
EliminarExcelente...muy bien expuesto.
ResponderEliminarSaludos
Como no nos ocupemos del futuro, ya sabemos o que nos espera. Repetir la historia peor.
ResponderEliminarClaro que no dejaremos nunca la lucha amigo. Las palabras huecas para los titulares. Salud y fuerza para enderezar tanto retorcimiento.
Hay días en los que parece que el sol no va a salir, que las palabras mueren en la garganta y el agua sabe a arena, pero...con compromiso, el momento pasa y aquí seguimos,
ResponderEliminarUn abrazo
felices fiestas
Te agradezco que escribas como lo haces y que el tema sean los niños. Contamos contigo que sigas haciéndolo y cuenta con nosotros para seguirte y aprender un poco más cómo lograr una mejor convivencia en nuestro planeta, empezando por atender a los niños.
ResponderEliminar¡Quimey tripanto! Que tengas un buen año.
Muy bueno lo que has expresado
ResponderEliminarCuando veo estos dias las gondolas de los super llenas de juguetes......pienso en vez de perder el tiempo buscando cosas para comprar aun bien haria estar mas tiempo con los hijos
Hay regalos que no tienen valor material en cambio son imprescederos
Cariños