En mi
pueblo todo el mes de mayo se dedicaba a que las “mozuelas” presentaran el
ramo. La virgen no se podía quejar porque todo el mes estaba expuesta al
público “el mes de María” y las jóvenes se turnaban para presentar ramos de
flores a sus pies para lo que había verdaderas competiciones a ver qué ramo
lucía más espléndido. Como ya empezaba el calor los vestidos solían ser de
manga corta pero no se podía lucir la carne en la iglesia. Aparte del velo
sempiterno, los brazos se cubrían con “manguitos” si las rebecas resultaban
excesivas. Seguramente serán de los primeros recuerdos que puedo extraer de mi
memoria. Todo el ceremonial acompañado naturalmente con el consabido
El
trece de mayo
A
Coba de Iría
Bajó
de los cielos
La
Virgen María
Aveee, aveee
Ave María
Aveee, aveee
Ave María
Si me quejara sería muy
injusto porque siempre andaba presente en todos los saraos de la mano de mi
Emilia y de mi Águeda que no solo me hacían acompañarlas a todos los
acontecimientos sociales sino que les servía de lucimiento personal. A la ida y
a la vuelta de la iglesia me exhibían ante sus amistades quienes se “hacían gentes” de las muchas monerías que
lograban sacar de mis entendederas.
Doy
por bien pasados los tiempos a los que me refiero, alrededor de 1950 y cada vez
que escucho enaltecer las gracias del ayer frente a las miserias del hoy me doy
con un canto en los dientes de que los recuerdos acumulados sean eso,
recuerdos. Desde la cresta de la ola en que viví mi infancia pese a la
estrechez económica que me circundaba, reconozco que tuve un papel
preponderante por la colección de gracias que en un momento determinado se podían
sacar de mí que dejaban en buen lugar a cualquiera que me llevara consigo.
Claro que sólo yo guardo muy en el fondo de mí mismo los altísimos precios que
tuve que pagar por ello. Allí acuñé el concepto del amor que he llevado a las
espaldas toda la vida y que ha consistido en huir de cualquiera que venga a
quererme porque lo que quiere no es otra cosa que yo sea como él o ella quiere
que sea. Según mi creencia más profunda, a nadie le ha interesado saber cómo
soy yo, lo que quiero o lo que no quiero. He sido querido, incluso mimado al altísimo
precio de tener que representar en cada momento lo que sabía que se esperaba de
mi.
Seguramente
es la primera vez que estoy sacando a la luz estas confidencias que albergo
desde mi más tierna infancia. A punto de mis setenta años no estoy seguro aun
de saber si he querido a alguien o de si alguien me ha querido. Lo que sí he
aprendido con todo lujo de detalles es que esta vida es un mercado en el que el
afecto se compra y se vende y en el que nadie regala nada. Si eres capaz de
ofrecer algo que se cotice es posible que haya alguien que esté dispuesto a comprártelo
pero si no te puedes morir de asco en cualquier rincón, que será difícil que
alguien se dé cuenta y venga en tu ayuda. Sé que mi estructura afectiva no
tiene conciencia pero es ahora, en estos últimos años, cuando me voy sintiendo
capaz de aceptar el afecto porque lo que he entendido por amor hasta el momento
era invertir atenciones a ver si así podía conseguir correspondencias.
Mira
por donde me ha servido mayo y sus flores como fuente de conocimiento de donde
arrancan parte de mis ideas sobre el amor.
El nercado común.
ResponderEliminarComún, y con similares márgenes comerciales para todos sus integrantes.
'El mercado" en que la única mercancía, como apuntas, se tasa por el valor que cada cual previamente se aplica a sí mismo.
Del mes de mayo, que Mayo y sus flores hablen.
Lo otro, como todo: recuerdos.
Memento homo...
Abrazo
La verdad es que han sido sensaciones que he tenido a lo largo de los años pero es ahora cuando adopto la determinación de sacarlas fuera y de que otras personas las puedan conocer. A lo mejor me doy cuenta de que son muy parecidas y que no era para tanto. Un beso
EliminarRescatar imágenes del pasado y analizarlas como si en vez del protagonista fuésemos un espectador trae consecuencias imprevisibles, y me temo que en muchas ocasiones dolorosas.
ResponderEliminarPlanteas si es amor lo que te recibes a cambio de satisfacer las expectativas, y no es un tema sencillo, tratar de dilucidar si nos quieren por como somos o por la apariencia de ser que nos otorga estar a la altura de lo requerido, tantas veces no expresado abiertamente...
¿Nos quieren por como somos quienes no nos conocen? ¿actuamos como lo hacemos para ser queridos?
Difícil encontrar respuesta, pero gracias por la pregunta.
Un abrazo
Es que, amiga Pilar, seguramente el simple hecho de preguntarnos ya pueda tener algún sentido. Yo no sé la respuesta pero sí que la duda ha estado presente siempre dentro de mi y me apetece seguir desnudándome un poco más cada día. Un beso
EliminarLa pregunta tiene, a mi juicio, un escollo insalvable, Pilar:
ResponderEliminar¿"cómo QUEREMOS nosotros"?
Se me ocurre que ya la propia pregunta pueda ser la única respuesta que nos ofrezca alguna utilidad. A mi, desde luego, me sirve ya el simple hecho de poder formulármela. Un beso
EliminarHola Antonio, en este mundo te encuentras con personas interesadas y otras que no esperan nada a cambio, te quieren y se dan porque te quieren tal como eres, pero tengo que decir que realmente son pocas que sean sinceras, hay que contar con ello, pero no por eso dejar de ser uno mismo y darse,aunque luego te manden a paseo.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Se te notan mucho tus esfuerzos por ser positiva, seguramente producto de tu forma de vivir. A mi ya no me interesa tanto. Prefiero quedarme un paso antes y comunicar mis experiencias sin más pero te agradezco tu preocupación. Un beso
EliminarVaya, Antonio, veo que el "desgarro" ha sido tan fuerte que por más "aire" que haya pasado se te envenenan las "flores" y ya no aparece ni el desamor, porque lo que pones en cuestión es la existencia del amor.
ResponderEliminarEn los años que nos conocemos te tengo por una persona abierta al amor; no cierres ahora la puerta.
Ya sabes que en esta vida, mientras se baraja no se pierde y cuando está inmerso en la experiencia, aunque el dolor esté en medio, uno siempre tiene la conciencia de que está viviendo y no me digas que no es estimulante experimentar todas estas sensaciones a los setenta. Creo que sería mucho peor vivir en la inopia, sin deseos y creyéndose ya fuera de juego. Ahí vamos, amigo, haciendo lo que podemos, pero siguiendo vivos. Un abrazo
EliminarHola Antonio.Hay tantos concetos del amor.
ResponderEliminarYo creo que el amor incondicional existe, de ahí que aún se vean parejas de ancianos que se llevan muy bien.
Mira en cuanto al pasado, pienso que cada uno lo sintió y vivió de una
manera, un@s se sentirían reprimid@s y otr@s se sentirían cómod@s.
Me encanta este video de Sueño de Amor de Fran Listz
Adelante que hoy día a tu edad aún se es joven y puedes tener ilusiones.
Un abrazo desde Valencia.
Te agradezco ese espíritu positivo que sacas siempre no sé de donde. Lo cierto es que implica a mi modo de ver una importante fuerza interior y mucha confianza en la vida. Gracias siempre y un beso
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