En
nuestro colectivo desde el principio tuvimos claro y así se acordó que no habría
trabajos más importantes que otros y que
lo que tenía que imponerse no era el lugar en el que cada uno prestara su
servicio sino la responsabilidad con que lo hiciera y esa sí que tenía que ser
máxima para todos. Hoy no está organizado exactamente así porque la vida ha
evolucionado y no siempre para bien. Para ser más precisos y para no dar la
imagen de añoranza del pasado, que no respondería a la verdad, hemos tenido que
renunciar a determinadas situaciones que en su momento nos parecieron
esenciales y se ha ganado sin duda en estructura y en solidez.
Pusimos
ejemplos en los que era difícil mantener la coherencia como el paso de los
pequeños por el cuarto de baño, por el comedor, por la entrada y la salida…,
pero nos habíamos quedado en su momento en la asamblea como primer acto formal
en común de importancia decisiva para el funcionamiento del grupo y decíamos
que había en la clase un espacio reservado para que pudiera ser usado por
todos. Hay otros espacios para momentos distintos que quizá convenga enunciar
sin ningún afán de ser exhaustivos pero sí para que quede claro que el trabajo
se puede hacer alternativo pero requiere elementos alternativos en su puesta en
marcha porque las condiciones no se cambian así como así. Una vez que hemos
resuelto el cometido del paso por el cuarto de baño, la clase se divide en una
serie de rincones que permiten la diversificación del grupo en pequeños equipos
de alrededor de cinco miembros cada uno. Se asocian a colores y se dividen en
cinco por los cinco días de la semana. El equipo del día es el responsable del
ordenamiento general y cada equipo también se agrega a una de las opciones de
trabajo que se le ofertan: biblioteca, disfraces para juego simbólico,
plástica, cocinita… espacios y acciones que pueden cambiar en según qué épocas
del curso.
Esta
distribución permite que en pequeños grupos vayan diversificando los trabajos y
ejerciendo, por tanto, capacidades distintas según las acciones que ejerciten y
hasta representar papeles distintos. Hay quien puede pintar muy bien y
desempeñar un papel destacado en el rincón de plástica y no ser tan diestro en
el rincón de disfraces para elaborar una historia que el equipo desarrolle un día cualquiera. De eso se trata, además.
Primero intentar que los pequeños grupos, equipos, permitan mayor y mejor
participación de más personas, pero también al diversificar las acciones,
permitir que tengan más posibilidades de destacar en alguna de las destrezas
que desarrollan en los equipos. Es verdad que no siempre sucede porque hay
algunos que destacan en todos o casi todos los cometidos y otros no tanto, pero
las opciones siempre significan posibilidades y muchas veces la diversificación
se produce y entonces el beneficio es para todos.
Como
venimos hablando en las acciones que ya hemos desarrollado, en esta del trabajo
en equipos tampoco podemos hablar de una duración más que orientativa,
dependiendo siempre del nivel de dificultad de los trabajos emprendidos y
también de la predisposición de los miembros para darle atractivo y complejidad
a las acciones emprendidas. Lo que importa destacar sobre esta forma de trabajo
en la cantidad de posibilidades que la estructura ofrece para despertar el interés
de cada uno en alguna de las posibilidades que se le van brindando a lo largo
de la mañana. Al mismo tiempo se desarrolla mucho la capacidad de organización
y se aprecian con mucha claridad los distintos roles que se pueden ejercer por
parte de quienes se muestren más decididos. El adulto de referencia no tiene
por qué tener un papel de dirigir cada una de las acciones porque la propia
complejidad de las mismas no lo permite pero tampoco es conveniente que suceda
así. Sí importa destacar su función de
ir animando a los distintos equipos para enriquecer el trabajo que hayan
emprendido. También el de estar siempre disponible para cualquier demanda
concreta que surja, de manera que su función es más la de animar y coordinar
que la de estar mandando en todo momento.
Es "esa" coherencia la que marca la diferencia...
ResponderEliminarSaludos
el espacio. El propio. El particular y exclusivo. El que todos anhelamos y que para todos debería ser irrenunciable.
ResponderEliminarEl que, por razones obvias, día a día la sociedad que todos construímos va tornando más escaso e inasequible.
¡Los espacios, benditos ellos, de la coherencia/incoherencia, Antonio!
besos
También a los equipos seguimos dándole vueltas. De ser una estructura bastante acorde con lo que tú cuentas en los grupos de 3 años, vamos introduciendo variaciones en los grupos de 4 y 5 años, en los que ya no todos seguimos guiándonos por los días de la semana y los colores, ni tenemos cinco equipos si en el grupo hay menos de veinte niños. Al final de lo que se trata es de que los equipos sean operativos, tengan una estructura que les permita alcanzar logros satisfactorios para sus componentes y permita al maestro afinar mucho más en el desarrollo de la actividad observando sus comentarios, sus actividades, los que enseñan. los que aprenden y sobre todo los que aprenden enseñando.
ResponderEliminarDe donde deduzco que en este tema, como espero que en otros muchos, se sigue evolucionando y encontrando la respuesta adecuada a las problemáticas que cada presente plantea. Me alegro de que sea así y estoy seguro que cada solución nueva que se ponga en práctica será más precisa que la anterior. Así debe ser. Por eso valoro cada día más las aportaciones que se puedan hacer desde el presente a esta serie de meditaciones que, inevitablemente, a medida que pasa el tiempo van siendo más del pasado. Un abrazo
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