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domingo, 1 de marzo de 2015

ESPACIOS


         En nuestro colectivo desde el principio tuvimos claro y así se acordó que no habría trabajos más importantes que otros  y que lo que tenía que imponerse no era el lugar en el que cada uno prestara su servicio sino la responsabilidad con que lo hiciera y esa sí que tenía que ser máxima para todos. Hoy no está organizado exactamente así porque la vida ha evolucionado y no siempre para bien. Para ser más precisos y para no dar la imagen de añoranza del pasado, que no respondería a la verdad, hemos tenido que renunciar a determinadas situaciones que en su momento nos parecieron esenciales y se ha ganado sin duda en estructura y en solidez.

         Pusimos ejemplos en los que era difícil mantener la coherencia como el paso de los pequeños por el cuarto de baño, por el comedor, por la entrada y la salida…, pero nos habíamos quedado en su momento en la asamblea como primer acto formal en común de importancia decisiva para el funcionamiento del grupo y decíamos que había en la clase un espacio reservado para que pudiera ser usado por todos. Hay otros espacios para momentos distintos que quizá convenga enunciar sin ningún afán de ser exhaustivos pero sí para que quede claro que el trabajo se puede hacer alternativo pero requiere elementos alternativos en su puesta en marcha porque las condiciones no se cambian así como así. Una vez que hemos resuelto el cometido del paso por el cuarto de baño, la clase se divide en una serie de rincones que permiten la diversificación del grupo en pequeños equipos de alrededor de cinco miembros cada uno. Se asocian a colores y se dividen en cinco por los cinco días de la semana. El equipo del día es el responsable del ordenamiento general y cada equipo también se agrega a una de las opciones de trabajo que se le ofertan: biblioteca, disfraces para juego simbólico, plástica, cocinita… espacios y acciones que pueden cambiar en según qué épocas del curso.

         Esta distribución permite que en pequeños grupos vayan diversificando los trabajos y ejerciendo, por tanto, capacidades distintas según las acciones que ejerciten y hasta representar papeles distintos. Hay quien puede pintar muy bien y desempeñar un papel destacado en el rincón de plástica y no ser tan diestro en el rincón de disfraces para elaborar una historia que el equipo  desarrolle  un día cualquiera. De eso se trata, además. Primero intentar que los pequeños grupos, equipos, permitan mayor y mejor participación de más personas, pero también al diversificar las acciones, permitir que tengan más posibilidades de destacar en alguna de las destrezas que desarrollan en los equipos. Es verdad que no siempre sucede porque hay algunos que destacan en todos o casi todos los cometidos y otros no tanto, pero las opciones siempre significan posibilidades y muchas veces la diversificación se produce y entonces el beneficio es para todos.


         Como venimos hablando en las acciones que ya hemos desarrollado, en esta del trabajo en equipos tampoco podemos hablar de una duración más que orientativa, dependiendo siempre del nivel de dificultad de los trabajos emprendidos y también de la predisposición de los miembros para darle atractivo y complejidad a las acciones emprendidas. Lo que importa destacar sobre esta forma de trabajo en la cantidad de posibilidades que la estructura ofrece para despertar el interés de cada uno en alguna de las posibilidades que se le van brindando a lo largo de la mañana. Al mismo tiempo se desarrolla mucho la capacidad de organización y se aprecian con mucha claridad los distintos roles que se pueden ejercer por parte de quienes se muestren más decididos. El adulto de referencia no tiene por qué tener un papel de dirigir cada una de las acciones porque la propia complejidad de las mismas no lo permite pero tampoco es conveniente que suceda así.  Sí importa destacar su función de ir animando a los distintos equipos para enriquecer el trabajo que hayan emprendido. También el de estar siempre disponible para cualquier demanda concreta que surja, de manera que su función es más la de animar y coordinar que la de estar mandando en todo momento.


4 comentarios:

  1. Es "esa" coherencia la que marca la diferencia...

    Saludos

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  2. el espacio. El propio. El particular y exclusivo. El que todos anhelamos y que para todos debería ser irrenunciable.
    El que, por razones obvias, día a día la sociedad que todos construímos va tornando más escaso e inasequible.
    ¡Los espacios, benditos ellos, de la coherencia/incoherencia, Antonio!

    besos

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  3. Manuel Ángel Puentes2 de marzo de 2015, 9:34

    También a los equipos seguimos dándole vueltas. De ser una estructura bastante acorde con lo que tú cuentas en los grupos de 3 años, vamos introduciendo variaciones en los grupos de 4 y 5 años, en los que ya no todos seguimos guiándonos por los días de la semana y los colores, ni tenemos cinco equipos si en el grupo hay menos de veinte niños. Al final de lo que se trata es de que los equipos sean operativos, tengan una estructura que les permita alcanzar logros satisfactorios para sus componentes y permita al maestro afinar mucho más en el desarrollo de la actividad observando sus comentarios, sus actividades, los que enseñan. los que aprenden y sobre todo los que aprenden enseñando.

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    Respuestas
    1. De donde deduzco que en este tema, como espero que en otros muchos, se sigue evolucionando y encontrando la respuesta adecuada a las problemáticas que cada presente plantea. Me alegro de que sea así y estoy seguro que cada solución nueva que se ponga en práctica será más precisa que la anterior. Así debe ser. Por eso valoro cada día más las aportaciones que se puedan hacer desde el presente a esta serie de meditaciones que, inevitablemente, a medida que pasa el tiempo van siendo más del pasado. Un abrazo

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