Seguidores

domingo, 23 de noviembre de 2014

VERDAD


         Seguramente son pocas cosas nuevas de las que puedo hablar en relación a estos asuntos de los primeros años de la vida pero estoy seguro de que es importante irlas contando como si fueran gotas de un elixir selecto que necesita seguir fluyendo porque se trata de un asunto demasiado importante para cortar el caudal que se derrama y que nos inunda con su fuerza. Es más, es la fuerza de la vida la que queda condensada en su materia y secar ese reguero supondría traicionar lo más sagrado en lo que creo que es la capacidad de las personas para vivir sus propias vidas y para resolver sus propios problemas y los que ofrece la convivencias con los demás.

         Hemos sintetizado  las primeras etapas de la vida y las hemos concretado en sus componentes fundamentales. La escuela, esa forma de vida que permite que las personas aprendan a vivir juntas y a desenvolverse en grupo, conscientes desde el principio que mis problemas son muy parecidos a los de cualquiera de los que me rodean y si aprendo a afrontar las dificultades que la vida me plantea cada día, estoy aprendiendo al mismo tiempo lo que le pasa a mi vecino, que se parece mucho a lo que me pasa a mí. Estas reflexiones  parecen de Pero Gruyo pero son fundamentales para comprender a los que nos rodean porque el camino para llegar a ellos pasa por la comprensión de nosotros mismos. La escuela permite  que las personas se comuniquen y que en el recinto en el que conviven se desarrolle un laboratorio privilegiado de intercambio de influencias que son una fuente de conocimiento para todos. No hay secretos en esto de la educación. Se produce si quienes participan se manifiestan en sus comportamientos y si se establecen cauces de comunicación entre unos y otros suficientes para que todos se sientan partícipes de la aventura común que están interpretando.

         Hablando con las familias solían valorar el contenido de lo que pasaba de puertas adentro en la escuela diciendo que sus hijos se lo pasaban muy bien. Yo solía comentarles que eso no era cierto. Unos días es verdad que nos lo pasábamos bien pero las dificultades propias de la convivencia también estaban presentes en todo momento porque había muchos intereses que casar en cada caso y con cada asunto y eso significa siempre dificultades reales y miles de diálogos que afrontar, unos de fácil solución y otros de enormes y largas dificultades y algunos en los que teníamos que parar y poner límites porque hay asuntos sobre los que no se puede avanzar y hay que reconocer que también las personas tenemos límites en nuestra comunicación y tenemos que asumirlos. Nuestra escuela tenía y tiene una fuerte dosis de verdad y ahí está el punto diferenciador sobre otras experiencias parecidas. Cuando llegan por la mañana no hay más que verles los ojos para darse cuenta de que llegan con la idea de que son protagonistas de lo que va a pasar dentro. Unas veces lo pasarán bien y otras no tanto, es cierto, pero lo que pase en todos los casos será verdad para ellos y se sentirán protagonistas en todos los casos y eso lo llevan escrito en la cara desde que llegan por la mañana.


         Creo que en el planteamiento educativo es donde se encuentra la clave de todo lo que vamos explicando. Se trata ni más ni menos, de ofrecer una escuela cuya misión no es enseñar a los pequeños a base de que ellos sean sujetos pasivos que llegan a recibir las lecciones magistrales de personas que son las que saben y se encargan de transmitir ese saber a los que van a ser enseñados. No. Nuestra escuela es un recinto vivo donde todos nos enseñamos y todos aprendemos unos de otros. Es como un laboratorio en el que todos nos estamos construyendo cada día, completándonos y mejorando a base de relacionarnos unos con otros. Nunca está claro quién aporta más ni quién menos. Lo que sí es evidente es que todos somos protagonistas y eso no es una palabra sino una actitud que cada uno manifiesta desde el momento en que cruza la puerta de entrada cada mañana.


8 comentarios:

  1. Linda e importante reflexión amigo Antonio; además de un buen aporte. LOS NIÑOS SON LOS MAS IMPORTANTE QUE TENEMOS SOBRE NUESTROS "HOMBROS" Y SIEMPRE ES IMPORTANTE RECORDARLO!!!!! muchas gracias...

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente "esa" educación es la verdadera clave...

    Un gran saludo

    ResponderEliminar
  3. Manuel Ángel Puentes23 de noviembre de 2014, 23:44

    Muy interesante el enfoque que le das a la escuela. Yo no lo había pensado así, pero estoy de acuerdo contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Supongo que según el momento por el que pasa uno puede encontrar ángulos distintos sobre el trabajo que realiza. Ya sabes que, desde siempre, mi idea es que nos educamos porque nos relacionamos, si bien es cierto que no solo por eso. La relación la encuentro indispensable, eso es cierto. Un abrazo

      Eliminar
  4. ¡¡¡ Felicidades profeeeee !!! Para que veas que quedan temas, aquí tienes al pelota de la clase jajaja para que empieces con personajes típicos que no tengo ni idea si de tan jóvenes puedan darse.
    En serio, que cumplas muchos mas y sigas divulgando tus experiencias enriquecedoras sobre todo para los nuevos estudiosos del niño y la escuela. Donde efectivamente el niño dice "bien" pero como el que saluda. Realmente solo vale como resumen, pero pasa de todo. Se feliz

    ResponderEliminar
  5. Naturalmente, en esta aventura apasionante de la Educación, el día a día determina el alambique selecto de quién aporta. Todos y cada uno de los integrantes. Porque no caben entes pasivos, y sí, activos, todos con sus aciertos y con sus errores, pero válidos todos pues solo a partir de ahí se generará la actitud global, necesariamente feliz. Al menos en modo alguno infeliz. No siendo necesario lo corroboren perogrullos...Estos, irrelevantes.

    un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Pienso que la labor del "Maestro" es fundamental. Yo los llamo tejedores, arquitectos y constructores de vidas. Vidas que desde pequeñas se van tejiendo y moldeando para encauzar las imprevistas variaciones. Por eso el arquitecto debe ir rectificando su obra continuamente y el tejedor entrelazando nudos para que éstos no se suelten y así poder continuar la inacabada pero importante obra de la educación en el ser humano.
    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  7. Buen relato de reflexión,abrazo buen domingo

    ResponderEliminar