Según
vamos desarrollando la programación estamos casi metidos en la vorágine de
Navidad y todavía no hemos hablado de ninguna salida. El otro día Manuel Ángel,
nuestro asiduo comentarista en activo, nos ofrecía un resumen de lo que fueron sus
colonias de Otoño 2014 con su grupo de 4 años. Yo solicité auxilio técnico para
ofrecer un enlace desde el blog para quien quisiera consultar el resumen de
Manuel. Como no he obtenido respuesta solo puedo decir que lo intentaré yo solo
por si suena la flauta y lo logro. De lo contrario, sólo dispongo de ese resumen
y se lo puedo ofrecer a través del correo a quien me lo solicite.
Mi
propuesta va a ser mucho más sencilla que la de Manuel, más de andar por casa.
Vamos a salir, por ejemplo un viernes por la mañana. Habremos hablado con las
familias por si dos o tres personas se unieran a nosotros y nos acompañaran.
Nos llevaremos la fruta en una bolsa para comérnosla sentados en alguna plaza
por la que pasemos. Lo que queremos no es otra cosa que conocer el barrio. Ese
es nuestro objetivo. Nunca nos gustó ir en filas ni buscando como primera
medida la seguridad sino que lo que nos interesa es aprender a pasear en grupo
por las calles. Poder pararnos en cualquier tienda, comentar lo que ofrece al
público y dedicar el tiempo a detallar lo que vamos viendo y a que lo comenten
entre ellos. El hecho de que podamos acompañarlos varios adultos entre maestros
y familiares puede significar que llevamos vigilancia suficiente como para que
cada adulto controle a un pequeño grupo y podamos permitirnos el lujo de pasear
relajados sin temor a que nadie se sienta inseguro.
El
barrio está bastante poblado ahora. Hace años nuestras salidas eran a las
vaquerías que nos rodeaban porque la escuela lindaba con el campo. Llegábamos
hasta comprar leche recién ordeñada y luego nos hacíamos algún postre con ella.
Pero estos niños que llevamos ahora no han conocido esa situación. Tal vez sus
padres. Es posible que alguno les haya hablado del barrio que conocieron ellos
y de lo que aprendieron con sus paseos de entonces. Hoy veremos algún centro
médico, paradas de autobús urbano, oficinas bancarias, farmacia, supermercado,
droguería, almacén de los chinos, carnicería, frutería, tienda de peces, taller
de coches, pescadería, encurtidos donde preparan las aceitunas aliñadas o
pepinillos, cebolletas y alcaparras, taller de tapicería, arreglo de móviles y
venta de fundas….Todo va a significar un buen motivo de diálogo, de preguntas y
de comentarios. Seguro que de cada cosa ellos pueden aportar alguna experiencia
personal vivida con sus familias y podemos compartirla. Nos ha importado desde
el principio que nos quede claro a todos que el objetivo es disfrutar de la
salida. No queremos que el paseo se convierta en una clase más, sino en una
fuente de preguntas, curiosidades y explicaciones que nos permitan compartir
experiencias.
En la
plaza que veamos más adecuada nos sentaremos, si hay bancos para todos, pues en
los bancos. Si no, en corro en el suelo y allí partiremos la fruta en trozos y
haremos nuestra comida habitual de media mañana mientras nos vamos contando lo
que a cada uno le ha interesado de lo que vamos viendo y de lo que nos queda
por ver. Muchos viven por estas calles y se van adelantando a contarnos lo que
nos queda al torcer la esquina o dónde está su casa y quien vive en ella. De lo
que se trata es de hacer nuestro el espacio por el que vamos paseando lo mismo
que en su momento hicimos nuestro cualquier aspecto de interés sobre nuestras personas
o sobre nuestras casas. Poco a poco vamos ampliando nuestro espacio vital común
y lo vamos compartiendo porque de las observaciones de unos y otros va
resultando un cúmulo de datos que son mucho más que la suma de cada uno.
Regresamos
un poco antes de la hora de comer, cansados pero repletos de información y con
la conciencia de que el barrio en el que está enclavada nuestra escuela es un
poco más nuestro de lo que lo era antes de este paseo. Era exactamente lo que
pretendíamos.