Reconocíamos
la semana anterior que la propia inercia del discurso nos hacía internarnos en
el programa de tres años, no sé si por lo
mayoritarios que resultan o, sencillamente, porque su funcionamiento se parece
en cierta medida a todo lo que se conoce por el contexto escuela. Pero hay otra
escuela que empieza a veces con unos pocos meses de vida, los hijos de aquellas
familias en las que trabajan los dos miembros, familias monoparentales o,
sencillamente, de quienes estiman que
esta forma de vida socializada desde tan pronto es más positiva para sus hijos
y disponen de una plaza en algún centro, cosa que no siempre es posible.
Antes
del acceso físico de los niños se han debido realizar una serie de contactos
entre la familia y el centro y las personas que van a acoger al pequeño, de
modo que cuando llegue el día de su incorporación, aparte de estar al tanto el
centro de las particularidades administrativas, sanitarias y físicas de la
persona que se va a integrar, el grupo concreto que lo haya de asumir debe
estar esperándolo y dispuesto a garantizarle un tiempo prudencial sólo para el
nuevo. Los pequeños deben entrar uno a uno y disponer de atenciones particulares
suficientes como para que se sientan incluidos en el espacio que los albergan.
Si son grupos de pocos meses de vida, lo normal es que estén formados por un
máximo de cinco miembros con lo que quien responda de ellos debe conocerlos a
todos antes de que se incorporen y cuando vayan llegando deben ser recibidos de
manera particular y ofrecerles un espacio y un tiempo específico a cada uno de
ellos. Con relación a la vida en su casa van a ganar algunas cosas y van a
perder otras por lo que hay que andar diligentes para que estos cambios tan
profundos que van a experimentar se resuelvan lo antes posible y en las mejores
condiciones para los pequeños.
Trabajar
con niños tan pequeños hace imprescindible para los profesionales un alto grado
de vocación por la particularidad de la labor que se les encomienda. Un
contacto tan directo y una relación tan estrecha significa la implicación total de la persona
responsable, de modo que si coincide con su apetencia profesional le puede
ofrecer cotas de satisfacción muy elevadas y de enorme calidad y realización
humana pero si no coincide, su trabajo se puede convertir en una verdadera
tortura y llegar a resultarle insoportable. Y es que aquí, en este sector de la
educación mucho más que en ningún otro, la persona profesional ofrece lo que es,
lo que habitualmente guarda para sí, mucho más que lo que sabe. Hace falta
saber y mucho para encarar y dar salida al montón de interrogantes que el día a
día plantea con un grupo de bebés, pero lo más preciso es estar disponible para
ellos para que en todo momento encuentren en quien sea responsable de ellos una
referencia segura que les permita desenvolverse armónicamente durante el tiempo
que permanezcan en el centro y evolucionar confiados y curiosos por las
propuestas que se les ofrecen a cada momento.
Todo
este conjunto de asentamientos previos y personales son imprescindibles para
crear un contexto adecuado para que los más pequeños los primeros días, que
pueden ser muy angustiosos, encuentren un contexto físico y humano que los
acoja y que los acepte. Hay que pensar que su aprendizaje fundamental, sobre
todo en el primer tiempo, no se va a centrar en lo que ellos puedan producir, sino
en el mayor y más eficaz despliegue de sus facultades perceptivas. Esto hace
que quienes estén a su cuidado tengan una profunda formación para ofrecer un
repertorio de estímulos adaptados y variados para que los objetivos de
aprendizaje se produzcan pero mucho más importante e imprescindible tiene que
ser haber conseguido que los pequeños se encuentren dispuestos y receptivos
para interiorizar todo el elenco de estímulos que se les ofrecen para hacerlos
suyos y para interactuar con ellos. Una metodología adecuada es imprescindible
para llegar a los pequeños de manera eficaz pero no conseguiríamos los objetivos
sin que los pequeños estuvieran adecuadamente estimulados e interesados en
recibir los mensajes que sus responsables les proponen.