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domingo, 17 de agosto de 2014

FÁTIMA


         No faltan razones para seguir ahondando  en las consecuencias de la guerra y del odio en quienes lo están sufriendo en primera persona, sobre todo en los niños que son el objeto de nuestro trabajo y el foco de atención desde el que pretendemos proyectar una cierta forma de ver el mundo y la evolución de la vida. Pero también queremos que nuestros ojos se proyecten con el abanico más amplio posible y seamos capaces de superar esa implacable disyuntiva de buenos y de malos en la que tan fácil es caer en estos momentos. No. La vida no está dividida en buenos y malos por más que nos lleven a esa creencia los acontecimientos que nos entran por los ojos cada día.



                No ya en el terreno de la crueldad sino simplemente en el de la desdicha en el que se han movido siempre los pobres de este mundo nos encontramos con que el otro día, entre el cenagal de pateras de juguete  que trasladaron a este lado del Estrecho a unas mil y pico personas, apareció una niña de poco menos de un años a la que una cooperante le llamó Princesa como apelativo cariñoso y con ese nombre se hubiera quedado de no ser porque hoy hemos sabido que sus padres existen, que se quedaron en el lado de allá sin poder embarcar, que ella se llama Fátima  y que en este momento vive con una familia de acogida que la atenderá y la cuidará, nadie sabe hasta cuándo, por decisión de la Junta de Andalucía. Lo lógico sería que sus padres pudieran reunirse con ella aquí en cumplimiento de la intención de alcanzar las costas europeas que la hizo ponerla en unos brazos probablemente amigos para que, al menos ella provisionalmente, lo lograra. También podría suceder que Fátima volviera de nuevo a donde se han quedado sus padres pero seguro que eso ni siquiera se contempla porque todos sabemos que ese no es el sentido de la historia y que lo que sucede con estas personas es que quieren venir aquí y no lo contrario.
         Se dice muchas veces y parece que no queremos oírlo. De los inmigrantes que llegan ilegalmente a Europa, las fronteras de Ceuta o Melilla no son más que la punta del iceberg si lo comparamos con los que llegan a Italia, tan Europa como nosotros. Por sintetizar diremos que lo que para nosotros son cientos, para Italia son miles y que los problemas de falta de medios de contención y de capacidad de acogida, en Italia es un problema bastantes veces mayor que el nuestro. Pero de cualquier modo que queramos mirar el fenómeno migratorio hacia Europa no sé cómo somos tan obstinados que nos empeñamos en que el drama está en la frontera sur cuando la verdad de los números lo que dice es bien distinto y todos lo sabemos. La verdadera entrada de inmigrantes está en los aeropuertos por donde llegan miles y miles de personas con todos sus papeles en regla pero en calidad de turistas. Una vez que han entrado, sencillamente pasan los tres meses de rigor y ya no vuelven a sus países sino que se quedan buscando trabajo en Europa, que para ellos es la tierra de promisión. Y este es el gran problema sin negar un ápice del dramático espectáculo de la arribada a las costas del sur.


         Fátima tendrá garantizada aquí su estancia y su atención, estoy seguro que sus padres lo saben de sobra, porque los pobres saben lo que les conviene como todo el mundo, hasta que cumpla los 18 años, toda una vida para poder labrarse un futuro que, al parecer, en sus países de origen se encuentra sólo al alcance de unos pocos.  Muchas fátimas y omares encontramos en los vientres cargados de muchas madres que logran alcanzar la costa con el mismo objetivo porque en cuanto los niños nacen a este lado del estrecho, las prebendas que hoy ya está disfrutando Fátima las van a poder tener en cuanto nazcan  por derecho y junto a sus madres para más inri. Es el mejor viaje que pueden soñar aunque los que vienen en el vientre no lo sepan. 

4 comentarios:

  1. Perfectamente tratado....
    La Comunidad se acaba... seguiremos en este foro!

    Un cordial saludo

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  2. el mundo de los sobrantes está cada vez más poblado de fátimas josueses y Mohamed.
    todo terminará cuando el OCTAVO día de la Creación concluya y de las costillas de los pobres arranquen alegres cofradías de ricos que poblarán la faz de la Tierra. Pero para entonces ya será demasiado tarde.
    'Nadie hablará de nadie cuando todos estemos muertos.
    NO HAY SOLUCIÓN porque no interesa la haya. Y eso lo sabe cualquiera que esté hasta la hartura de escuchar sermones y de ver malvivir que es morir a los pobres desheredados del planeta.
    Nada más .
    Ni en Ítaca hallaremos la felicidad

    abrazos

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  3. Cierto, muy cierto y cruel también. Pero es así- Hay muchas Fatimas y Mohamed como dice Pilar por ahí adelante que tienen sus padres la emperanza de encontrar en Europa lo que no encuentran en su tierra- al menos se mueven, luchan no se quedan esperando un no se que, que los lleve a la muerte sin remedio, al hambre a la desdicha de no tener ni siquiera un futuro que mirar.
    Esta niña seguramente encontrara lo que sus papàs esperan y ojalá ellos se encuentren un día.
    Dios aprieta pero no ahoga, no es así ?
    Besos amigo del alma, y mucho sentimiento para ti.
    Aurora

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  4. Hola Antonio cuanto tempo sin pasar por tu rincon.....es todo tan triste la violencia cada vez màs presente en la vida de las personas....y pensar que la vida puede ser tan maravillosa ...Te mando un abrazo mi amigo con la amistad y el afecto que el mundo carece.

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