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domingo, 8 de diciembre de 2013

PATIO


         Nunca he entendido por qué cuando se habla de la escuela, automáticamente se piensa en cuatro paredes, una pizarra, mesas y sillas y poco más. No quiero decir que esos elementos no signifiquen escuela. Lo que sí digo es que escuela es mucho más que todo eso. Para empezar y sobre todo, escuela es un conjunto de personas que se relacionan unas con otras. De esa relación es de donde surge el aprendizaje esencialmente. El resto es puramente instrumental. Unas veces favorece y otras dificulta pero lo que rodea no forma parte de la esencia y la esencia de la escuela son las personas relacionándose entre sí.

         Es verdad también que los instrumentos que forman la escuela facilitan o dificultan la labor que se realiza dentro de ella. Desde ese punto de vista sí que importa señalar que el patio ha formado parte de los instrumentos pero de una manera marginal. Algo así como un espacio que se habilita fuera del núcleo principal y cuyo sentido no es otro que permitir que las personas respiren un poco de aire cuando tengan que descansar de la tarea del aprendizaje, que en este espacio llamado escuela, se produce dentro del recinto cerrado. Hay veces que el patio es tan reducido que apenas si caben todos los habitantes que forman la escuela. Otras sí disponen de algunos metros, suficiente como para poder trazar las coordenadas suficientes para practicar algún deporte reglado y conocido. Baloncesto, fútbol, sobre todo fútbol, balonmano, boleibol, y en algún caso excepcional, hasta atletismo. Puede que quede algún metro que otro al margen, que permita solarlo convenientemente a fin de que los pequeños puedan andar de acá para allá mientras se cuentan su vida y milagros. Y nos quedamos tan panchos.

         En nuestras escuelas hemos procurado disponer del mayor espacio libre que las circunstancias y la economía nos han permitido. En ese espacio libre hay una parte solada que permite correr a placer pero, por ejemplo, todos los patios disponen de arbolado, bien de sombra o frutales y otro hermoso espacio que recuerda a la tierra y que permite sentarse y comunicarse con los demás desde una textura distinta a la dureza solada. Dentro del patio hay una dotación importante de elementos de juego que permiten sentarse en ellos, desplazarse con ellos, colocarlos de formas diferentes para acotar los espacios posibles dentro del patio y facilitar las construcciones o los diseños de lugares donde relacionarse en soledad o en pequeños grupos. Se trata en definitiva de hacer que el aire libre que significa el patio se convierta en una posibilidad más de riqueza para las relaciones entre las personas. Hace falta también que los pequeños dispongan de tiempo suficiente como para evolucionar con los elementos del patio y planificar lo que cada día se les puede ocurrir para sentirse integrados dentro del gran conjunto. Por eso para nosotros el patio no es el lugar de recreo o de descanso de la actividad fundamental.


         El patio es un espacio con personalidad propia, con posibilidades propias y con un tiempo específico y suficiente como para poder desplegar una serie de posibilidades de acción y de organización diferenciada de la actividad que se realiza en el interior del edificio. No es extraño encontrarse personas que se achican dentro y su actividad es pobre y que cuando salen al patio como que despliegan sus alas y ofrecen una imagen al grupo mucho más rica que la del interior. Y pasa eso y pasa también lo contrario, que personas que en el interior son capaces de brillar, salen al patio y se apocan o sencillamente no saben cuales son los elementos de los que pueden disponer para satisfacer los planes que se pueden desarrollar solos o en compañía. De modo que el patio ofrece todo un arsenal de posibilidades que pueden ser específicas y con valor por sí mismas, independientes de las que se desarrollen en la clase, lo que permite que otras personas destaquen en el grupo aportando propuestas que el espacio interior no permite. Ruedas de coches, cajas de fruta, trozos de troncos y algunos columpios, con dotación de tiempo suficiente pueden ser también elementos educativos de primer orden.

8 comentarios:

  1. esto me lleva indefectiblemente a elogiar el paradigmático 'patio de mi casa. Que es particular , que se moja como los demás, cuando llueve...'
    aparte, naturalmente, y disculpa el paralelismo inicial, de apreciar la valoración tan positiva que brindas acerca del patio de recreo. A juicio de absolutamente todo, necesario, esencial e indiscutible.
    abrazo

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Curiosa palabra esa de "recreo", ¿qué quiere decir; que uno se vuelve a crear? Si es así, ¿qué es tan destructivo en la escuela para que cada día los niños tengan un tiempo de recreo, de recrearse, de volver a crearse?
    No sé si es por eso, pero en nuestras escuelas hablamos de patio, como haces tú, Antonio, de actividades al aire libre, de tiempo de libre disposición... y aunque en muchas ocasiones coincide el tiempo libre con el aire libre, también hay tiempo libre en el interior y también hay actividades organizadas en el exterior, como talleres de jardinería, de psicomotricidad o de conocimiento de la naturaleza. Creo que alguna vez ya he hecho referencia en este foro a la imagen que tengo de ti recibiendo a los niños en el patio en torno a una hoguera. Para tus alumnos así recibidos, el patio de su cole será siempre muy particular.

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    1. Me gusta tu reflexión sobre el recreo. Me la pido y la asumo, aunque, como ya sabes, en este momento sea para mí solo porque mi acción social se ha alejado de los pequeños y se ha acercado a los discapacitados. Personas todas como sabes a fin de cuentas. En su momento llegué a concatenar los espacios cerrados con la agresividad de los pequeños y es que cuanto tú me conociste y haces referencia a ese patio vivo, yo disponía de una clase de 28 metros cuadrados y tenía una matrícula de 38 niños. Como puedes comprender, la vida en el patio era un poco más que una invitación. Muchas veces se progresa un poco obligado por las circunstancias. Después elabora uno un discurso que arrope la decisión tomada y es posible que el discurso tenga un sentido. Yo creo que el mío lo tuvo pero no puedo olvidar el verdadero origen. Ni quiero olvidarlo tampoco. Un abrazo

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  4. El otro día escuchaba un alegato en defensa de las manifestaciones educativas, y en todo el discurso, del representante de turno, no hizo mención, ni una sola vez a los niños, así que... Un abrazo

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  5. Una parte muy importante para la educación del niño, donde se cimenta su relación social...

    Feliz Navidad
    Mark de Zabaleta

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  6. Hola, Antonio
    Así que la esencia de la escuela está en las relaciones interpersonales que allí surjan; genial. Siempre he visto en el patio de las instituciones educativas un lugar indispensable: a primera hora los niños hacen filan de acuerdo a sus grados de conocimiento, realizan saludos a la bandera, reciben instrucciones generales y entre clase y clase es el lugar de esparcimiento por antonomasia.
    La descripción que haces del patio para parvularios, desde tu punto de vista de docente con mucha experiencia, me parece excelente.
    Cordiales saludos, un fuerte abrazo

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  7. Hola Antonio.
    Lo explicas de manera genial.
    En el patio y recreo ellos pueden expresarse, chillar, discutir, hacer amigos, incluso pelearse.
    Bueno te deseo que seas feliz en estas Fiestas y siempre.
    Un abrazo desde la tierra de las flores, de la luz y del amor, Montserrat

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