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domingo, 22 de julio de 2012

COMIDA

Es otro de los momentos imprescindibles de la vida y en el que desde el principio los menores se dan cuenta de que son fuertes frente a los adultos. La voluntad del menor puede poner en jaque el sentido de responsabilidad adulto desde el momento en que el menor asume su propia alimentación mucho más porque el adulto está interesado en que sea así, que por satisfacer la propia necesidad.
Es muy difícil para el adulto mantener un equilibrio a la hora de verificar la alimentación del menor. Quizá se logra en la lactancia, sobre todo desde el momento en que se asume lo de chupar del pezón a demanda. Es una relación mucho más volcada con la madre por razón de que ella misma es la fuente de la vida. Con tal de tenerla a disposición cada vez que al menor se le antoje, el conflicto sencillamente no existe. Pero desde el momento en que el alimento exterior se hace presente, al año más o menos, el asunto se complica porque ya no interviene un solo adulto, sino dos o más y segundo porque el automatismo reservado al hecho de mamar se vuelve algo más complejo desde el momento en que hay que preparar los alimentos, disponer de unos recipientes y hacer de la comida no sólo una forma de alimentación sino un hecho social que necesita un espacio, un tiempo y un ritual.
Entonces ya no es sólo comer cuando se tiene hambre, que también. Ya se come sobre todo cuando es la hora, cosa que no está nada clara desde el principio y que es algo que hay que aprender con tiempo y con esfuerzo. También necesita la comida todo un ritual de ponerse de una manera determinada, normalmente sentados en una silla, con una mesa delante y con unos elementos que hay que conocer y dominar: plato, babero, cuchara, tenedor….De modo que la secuencia escénica tiene a veces tanta importancia como la comida en sí. Pero además la comida ya no es automática como la leche materna sino que tiene un color, un sabor, una textura, un punto de calor y todo eso forma un conjunto que los menores han de conocer y asumir. Lo cierto es que la relación entre el menor y el adulto se vuelve determinante para aceptar el conjunto de manera que si hay agrado todo puede parecer aceptable pero el más mínimo conflicto hace que el propio hecho de comer entre en crisis.
Hace falta aprender a dosificar, cosa que parece muy fácil pero que no lo es. Un menor si tiene hambre lo que intenta es comérselo todo de un bocado y como eso no es posible, es capaz de atragantarse por su idea de eliminar su hambre de inmediato. Tenemos que hacer que aprenda que la secuencia ha de ser pacífica y con un ritmo sostenido. También sucede que, una vez pasados los primeros momentos de ansiedad, los síntomas acuciantes del hambre se han ido y, por tanto, los menores pierden el interés por los alimentos y su atención tiende a focalizarse en otra cosa. Tiene que ser de nuevo el adulto quien ponga un poco de sensatez y de orden en esa vorágine de sensaciones que intentan manifestarse con inmediatez y que han de producirse en la práctica con un ritmo más lento y hacerlo, además, de manera gozosa, intercambiando palabras, caricias, gestos de comunicación para concluir en que el hecho de comer sea un momento de la vida amable, grato, divertido y provechoso. Puede parecer que se trata de una clase como otra cualquiera y queda como frío, pero la verdad es que es algo así. Hoy lo aplicamos a la comida y otro día lo aplicaremos a otro conocimiento. La crianza es así de compleja y se basa en que todo se vaya produciendo a partir de una relación satisfactoria entre el menor y el adulto.

6 comentarios:

  1. Pasito a paso, sin perder la calma ni unos ni otros, la 'Comida' llega a ser uno de los actos sociales más importantes, además del elemento fundamental en la alimentación de cada individuo. El paso decisivo de la lactancia a las tomas sólidas. Del dulzor exclusivo a toda la gama de sabores, colores y texturas.
    Nadie nace aprendido, obviamente. Pero para eso está(mos) los responsables de prestar a los niños toda suerte de enseñanzas útiles.
    Muy pronto ellos asumen quién y quiénes son sus verdaderos custodios.
    Maja exposición, Antonio.

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  2. Un gran análisis de este "aspecto" fundamental de su formación/educación...

    Un cordial saludo
    Mark de Zabaleta

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  3. Hola Antonio.
    Menuda aventura fue para mi darles de comer.
    Desde contar cuentos a hacer el avión
    Al más pequeño, equivocación mía, se lo trituré todo, porque no masticaba.
    En cambio ahora devora.
    Como siempre tu post es estupendo.
    Un beso, Montserrat

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  4. Hola Antonio querido !

    Otro tema maravilloso expones como siempre. La comida :) lo recuerdo con mi hija, y ahora con mi nieta . Nuestros niños no tienen hambre verdadero ( digo nuestro, refiriendome a nuestro país, nuestro entorno, se entiende ) yo una vez le dije a la pediatra que la niña no comía, que no tenia hambre- toda preocupada- y ella me respondió ( en gallego) a fame e nejra :))) no te preocupes ya comerá ! y así fuè, sin darle importancia y con una enooooomeeee paciencia la cosa fue funcionando y va funcionando muy bien- todo es hacer divertido la hora de comer, comen los muñecos, comen los ponys y come todo el mundo :)))) cada uno tienen su truco, desde luego, algunos padres o abuelos les meten la comida casi a la fuerza, nunca estuve de acuerdo con eso, grave error !! comer tiene que ser satisfactorio, agradable, placentero y divertido- comiendo charlamos, contamos cosas, y no nos sentamos quietitos , formalitos en la mesa sin movernos, nos movemos si queremos y jugamos si queremos, los niños se suelen aburrir de comer- yo creo que los niños sanos lo hacen- por ello comer debe ser divertido, entretenido. Me gusta como lo expones, como lo dices, con esa paz, tranquilidad, con esa agradable conversación que tienes, te leo y parece que te tengo cerca escuchandote, un buen profesor sin duda :)
    Bueno, me dijiste que no te importaba que me extendiera, ya lo hago, y con verdadero gusto ! te envio un fuerte abrazo y muchos besos !!

    Aurora

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  5. Hola Antonio ! muchas gracias por tu visita y comentario, muy agradecida amigo mío.
    Bueno, me exprese mal, sin duda- te gusta que me alargue en mis comentarios y si es que a mi me gusta hacerlo, es eso, no ? pues genial ! a mi me encanta hacerlo, me produces buena onda :)
    Bueno a mi el tema de la educacion de los niños me apasiona, tanto por mi profesion como por ser abuela de una niña que cumple el mes que viene cuatro años y de camino otra nieta para estos días ( ya te contare ) tengo una hija de 35 años. LLevo 37 años con el mismo hombre, con sus mas y sus menos, sus subidas y bajadas ( como digo en mis poemas ) pero aqui estamos compañeros y amantes al fin y al cabo, toda una vida juntos, de ahi tambien sale una buena tortilla si es que son buenos los ingredientes :) yo he procurado que lo sean, me he esmerado, me esmero, nos esmeramos para que asi sea. Los niños lo renuevan a uno continuamente- No tienes nietos Antonio ? creo recordar que si.
    Bueno, esta vez me he alargado con gusto y a mi gusto, esperando que tambien sea tu gusto :) te mando un fuerte abrazo y un calido y dulce y lindo beso con todo mi corazón.

    Aurora

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  6. Un gran placer cada vez que te leo- sabes? yo tambièn te echo de menos cuando no te veo en los comentarios- Tienes unos hijos ya crecidos, bueno la pequeña en edad adolescente ( a veces, dificil edad ) los nietos ya vendrán, alomejor despues te vienen de golpe :) me refiero, todos a la vez. Tengo una amiga que tuvo cinco hijos, y siempre me decia, tantos hijos y sin nietos, no quieren saber nada de tenerlos ( los hijos,claro ) y sabes ? ahora tiene un monton de nietos y hasta gemelos de uno de ellos, chocha de la vida cuidando de ellos, me dice que esta en su salsa ( tambien es maestra ) asi que preparate ! pero tu tienes buena mano para los niños.
    Te envio un gran abrazo, gracias por tu linda visita, una delicia ! y un beso lindo también.
    Aurora

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