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domingo, 22 de mayo de 2011

ANGUSTIA


Cuando uno ha pasado la vida pensando sobre estos temas relacionados con la educación de los más pequeños, supongo que como sobre cualquier otro tema, da la sensación de que la crianza es algo tan complejo que no hay modo de dominarlo por más interesado que uno esté y por más tiempo que le dedique. Y en cierto modo es verdad. Pero lo mismo que lo sería sobre cualquier otra cosa. Seguramente nos pasaría lo mismo si no nos decidiéramos a conducir un coche hasta que no estuviéramos perfectamente preparados.


No podemos permitir en el tema de la educación, como en ningún otro, que la angustia nos paralice y nos impida actuar, desarrollar lo que sabemos, lo que queremos, lo que podemos, seguir aprendiendo cada día en definitiva. Que la vida nos plantea dificultades no lo voy yo a inventar ahora. Que vivir es un permanente riesgo y que tenemos que estar sorteando dudas permanentemente es un hecho incontrovertible. Como lo es que tampoco podemos dormirnos en los laureles e ignorar la realidad y sus dificultades y pensar que todo se resuelve por sí sólo y que nuestro esfuerzo es inútil o innecesario. Pues no.


Cada día tiene su afán y en ese afán se encuentra nuestra completa capacidad de intervenir en todo de pleno derecho pero siempre con actitud de protagonista que siente la necesidad de aprender en cada momento porque está interviniendo en primera persona en ese entramado estructural que llamamos vida. Esa capacidad de intervención en el conjunto es lo que nos da el valor indiscutible de ser miembros activos de una globalidad mucho mayor que nosotros pero que nos incluye uno a uno, de manera que necesita todas las aportaciones con la medida que cada uno lleva consigo. Ninguno precisamos de un examen para formar parte de ese grupo decisivo que podríamos denominar ser humano y cada aportación lo configura como es, de manera que sin uno sólo de nosotros, el conjunto sería irremisiblemente distinto.


La angustia es el principal enemigo nuestro porque, con la excusa del miedo a no estar a la altura, cosa que todos hemos sentido en algún momento y que forma parte de la normalidad, nos bloquea y nos saca de esa zona de actividad que nos engloba para marginarnos y hacernos sentir fuera de un conjunto del que en ningún momento dejamos de formar parte. Sentir angustia no es malo. Lo malo es dejarnos ganar por la angustia y apartarnos de nuestro destino como personas que juntas forman la vida para convertirnos en seres aislados sin referencias ni relaciones, incapaces de asumir los riesgos inherentes al hecho de estar vivos. En lo que sabemos no está nuestra grandeza. Nuestra grandeza está en la capacidad que tenemos en todo momento para aprender, para perfeccionarnos, para cambiar de rumbo en caso de equivocarnos. Eso es exactamente lo que nos hace grandes y capaces de lograr cualquier meta que nos propongamos. Nuestra voluntad de perfeccionamiento y de poder mejorar cada día, ese sí que es el principal valor que nos define como personal y que destroza la angustia y la pone en su lugar como capacidad de las personas para dudar siempre, pero sabiendo que la voluntad de perfeccionamiento es más fuerte y debe vencer.

5 comentarios:

  1. Buenos días Antonio.

    Camino de la Perfección y Esfuerzo.
    Cada día un día nuevo.
    Así es mi camino de madre, que lucha al lado de un hijo depresivo,que igual tiene que está contento y hay días muy triste, al que con ayuda del médico y psicólogos intento que vaya adelante.
    Intentar sacar lo positivo y afrontar los avatares de todos los días, con Fe "Como dicen Dios rogando y con el mazo dando".
    Así se van viendo los frutos de las semillas que sembramos.
    Sabes procuro que me vean siempre arreglada y positiva.

    La música de Manuel de Falla que has puesto es preciosa.

    Te deseo una buena semana.

    Besos, Montserrat

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  2. Hola Antonio !!

    Hermoso post nos regalas hoy- la angustia-
    Vivir cada dìa como ùnico, sacarle el mayor partido, disfrutar, luchar, vivir el instante sin querer dominar nada es lo bàsico, para mi-
    Si intento dominar la situaciòn, controlarla, puede aparecer la angustia de no poder hacerlo todo lo mejor posible, y ahi, nos paralizamos, y entonces ya no hacemos nada.
    Hacer lo que uno siente con el corazòn, sin miedo a no estar a la altura, por que despues de todo, a que altura tenemos que estar ?
    Cada uno, es cada uno, y asi debe ser, con sus mas y sus menos, con el corazòn siempre puesto en lo que uno ama, por que eso es lo importante en la vida-
    Gracias Antonio :)

    Un beso y un fuerte abrazo

    Aurora

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  3. Pues nos traes hoy un tema muy complicado "la angustia" Claro que sí, que casi todos sabemos lo que es porque lo hemos sentido en nuestra propia carne y uffff, que mal se pasa.
    Cuando nos enfrentamos a algo y creemos que no somos capaces de vencerlo se apodera de nosotros ese miedo al fracaso y esa angustia de no saber. Porque lo que más importa en estos casos es enfrentarnos a situaciones nuevas, como por ejemplo nuestros hijos, educarlos y guiarlos.
    Lucho a diario por mis hijos, uno de 15 años que no le gusta estudiar y otra de 21 que tiene el corazón partido. Intento hablar con ellos y apoyarlos en todo, aconsejándole y abriéndole los ojos.
    Es tarea difícil pero se realiza con mucho amor.

    Un abrazo

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  4. El secreto de todo esta quizas, en eso que dices: "no hay que dejarse doinar por la angustia" solo que a veces es un tanto dificil, caemos presas, lo mismo que con el miedo.

    Tengo un pequeño de 5 años y me angustian demasiadas cosas, pero se que mi angustia con el paso del tiempo no va a desaparecer, solo se va a transformar pues las cosas que me angustien serán diferentes y espero ser lo suficientemente capaz de no dejarme absorver por ella.

    Me encanto leerte; te dejo un abrazo.

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  5. De nuevo nos traes un tema tremendamente interesante y que resuelves con la facilidad típica de tu filosofía de libertad y saber.
    A quién no nos ha atenazado la angustia en algún momento de nuestra vida, cuando además hemos tenido delante la llegada de un nuevo ser que que amanece entre nuestros sentimientos.
    Las dudas, los errores, son parte del camino y tropezar no es irremediable sino parte del aprendizaje que al final nos dejará ese sabor agridulce del trabajo bien hecho.
    "La vida no admite representantes"
    Un beso y mi admiración siempre.

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