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domingo, 30 de enero de 2011

SEXUADO




Nadie sabe de donde sale el impulso, ni si es un impulso siquiera. Te paras a pensar y la verdad es que da lo mismo que se llame Rosa o que se llame Pablo. Es un hijo y lo que importa es que ha legado a la casa y hay que sacarlo adelante. Eso es lo que importa. Y es verdad, pero hay más. No es nada preciso, casi ni se puede decir porque no hay razones concretas que sirvan de argumento, pero no ha más que abrir los ojos y mirar lo que pasa. Si se trata de Pablo, la made lo mantiene con su teta y sus cuidados. Como es su obligación. Pero además, está esa mirada de embeleso y esas caricias que no se acaban y esos chillados de afecto puro y desnudo que parece que se lo va a comer cualquier día. No es posible echarle nada en cara porque un hijo es un hijo y quien le va a decir a una madre cual es el límite de su cariño. Eso es verdad. Pero no hay más que mirarla para darse cuenta de que con Rosi no fue n prima. Era su hija como Pablito. No se le puede echar nada en cara porque cumplió con lo que la niña necesitaba, pero se diga lo que se diga, no era igual.


En cambio su padre se deshacía en detalles con la niña. Ahora con el Pablito no se sabe si por ser el segundo, suele pasar y no se fija. Puede ser también que los años no pasan en balde, pero es verdad que no es lo mismo. Nadie quiere hablar o a lo mejor nadie sabe hablar de lo que hay que hablar aunque todo el mundo esté viendo que la madre con el niño tiene tema y de que el padre con la niña tuvo tema y lo sigue teniendo a pesar de que los años vayan pasando. Es mas, cuántas veces han llegado a discutir ellos dos por las atenciones que le prestan, él a la niña y ella al niño. No tienen más que ponerse de morros por sus cosas de mayores y por sus problemas de entendimiento y cada uno se va por su lado y los hijos lo mismo, pero la niña con su padre y la madre con su niño. De esa manera hasta sus discusiones parece que se resuelven de otra manera. Como si tuvieran sordina o como si un bálsamo se les pusiera sobe la piel con el simple hecho de que el padre salga a pasear con su niña de la mano y se le vaya el santo al cielo y no tenga prisa para volver y a la madre se le vayan las horas muertas con su niños, tanto en vestirlo como en contarle historias como en cantarle como en pasarle las manos por encima, que parece que lo va a gastar.


Este tipo de secuencias se repiten con machacona insistencia porque la idea del sexo no está libre ni en los rincones más íntimos de las familias. No es nada intencionado, sino que surge de los arcanos de cada uno: el padre se ve impelido hacia la hija, con el consiguiente recelo de la madre y viceversa. Y casi nunca se habla de esto, posiblemente porque nadie quiere entrar en terrenos más o menos escabrosos donde es muy difícil sentirse seguro. Pero es que, además, se trata de los hijos y quién va a reconocer que uno te atrae y que el otro te produce rechazo. Son tus hijos y a los hijos se les quiere a todos igual. Eso es mentira pero vale para parar el discurso y para que todos quedemos tranquilos como si la verdad no fuera la verdad o como si tuviéramos que esconder los verdaderos sentimientos, esos que están por encima de todas las convenciones y de todas las normativas sociales. Esos que dicen lo que somos y no lo que deberíamos ser.

13 comentarios:

  1. Interesantísimo !!!! Antonio.
    No sabemos por qué ? lo que describes es así, en todos los casos, esté más o menos a la vista.
    Se han tomado episodios de la mitología griega para dar nombre a estos fenómenos.
    Los griegos eran sabios ?
    Conocían la condición humana ? Tanto que atribuían a deidades algunos rasgos y actitudes propias, sería para justificarlos ?

    Cuántas preguntas !

    Gracias por los temas que tratas, un beso.

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  2. Cecilia, por tantas preguntas, te debo algo, a modo de respuesta. Explicar el por qué de las cosas creo que es cuestión de opiniones, no de datos, al menos en este caso. Creo que el sexo funciona en todos los casos, hasta entre padres e hijos. Sin salir a la luz hay montones de abusos dentro de las casas que se han ocultado por no dar escándalo pero que, en según qué épocas, han estado más o menos tolerados. Un beso

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  3. Vamos a ver. Yo no se si que quiere más a un hijo que a otro (solo tengo uno), pero como hija que también soy, y con dos hermanos por detrás de mi, diré que lo que está claro es que las relaciones con cada hijo son diferentes, y eso está bien, que el padre tenga "debilidad" por la niña y la madre por el niño (cosas del edipo, probablemente) no quita que se les quiera a todos, de forma diferente, eso probablemente sí. Cuando llega un hijo las circunstancias no son las mismas que cuando llega otro, así que eso tiene que influir en la forma de relacionarse con el nuevo ser.
    Las diferentes formas de amar son válidas siempre y cuando sean sanas y conscientes.

    Un abrazo y gracias por tus entradas.
    Mercedes

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  4. Supongo que los mitos explican mejor que la filosofía o la psicología infantil estas tendencias de las que hablas. Un lujo leerte

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  5. Hola Antonio !

    Dificil tema e interesante- A los hijos se los ama por igual, cada uno con sus diferencias, sus caracteres, y sus cosas, pero son hijos y uno los siente intensamente sean del sexo que sean.
    Pero si es cierto lo que dices- la nena con el papà y el nene con la mamà :)) yo recuerdo en mi misma como era la nenita de mi papi, su tesorito ( me llamaba asi) y mi hermano era el ojito de mi mamà- pero eso no quitaba que mi mamà me adorara y mi papà hiciera lo mismo con mi querido hermano.
    Pero yo tambièn reconozco que con mi padre tenia una especial comunicaciòn y mi mamà la tenia con mi hermano.
    Creo que el amor de padres e hijos es maravilloso, y el sexo es lo de menos a la hora de la verdad.

    Un beso y un fuerte abrazo

    Aurora

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  6. Antonio,despues de leerte,la verdad solo me queda decirte que jamas (y mira si tengo edad),habia pensado en este tema.Bien es verdad que lo de los abusos (lamentablemente estan a la orden del dia),pero tambien es verdad,que en mi casa con 8 hermanos cuatro y cuatro,jamas he visto gran diferencia entre el amor a los unos o las otras.Claro que soy una gran despitada,solo sé que reinaba el amor entre todos.Hoy tengo dos hijos una hija y otro varon ,creo que a los dos les he dado lo mismo y mis tres nietos dos niñas y un varon son para mi en amor iguales.Aunque amigo mio,yo despues de leer los comentarios y lo que has dicho creo que no soy normal.Besos.

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  7. Hola Antonio:

    Yo no puedo opinar porque he tenido tres varones.
    Lo que si parece que al más mayor lo queriamos hacer más responsable por ser el mayor, el mediano tres años más joven, lo criamos sin darnos cuenta. el pequeño es ubn decir tiene ya 28 años, quizá nos tire más debido a que es un chico depresivo y muy dulce, y lo amparamos más.

    Pero si que te puedo decir que yo era el ojito derecho de mi padre, un hombre bueno y respetuoso que supo educarme muy bien y que quizá fue demasiado protector.
    Casi le contaba más cosas a mi padre que a mi madre.
    En cuanto a mi hermano quizá de caracter se parece más a mi madre.
    Ahora ya no los tengo desde hace años. mi padre muró a los 79 y mi madre a los 90.

    Tu entrada como siempre es muy interesante.

    Un abrazo, Montserrat

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  8. Gracias, Antonio por ser el 200 seguidor !!!!no me lo puedo creer !!!!!bienvenido y bienhallado..
    encantada d conocerte un abrazo de Begoña

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  9. Hola Antonio te he dejado un comentario en mi blog ya he visto que has pasado por mi baul de cuentos...no te digo que número haces....jijijijij.
    Tu entrada es real como la vida misma...somos 5 chicas y un chico, naci la tercera niña y mi madre me contaba que solo tenia chaquetitas azules....y el cuarto fue por fin el hombrecito de la casa le llevo casi tres años...los ojitos derechos de mis padres ya adulta los descubrí
    pero , me ayudo a comprender a mi familia...
    Creo que tu blog me va a ser muy interesante sigo
    con interes todo lo que se relaciona con la educación infantil, hasta pronto un abrazo amigo
    de Begoña

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  10. Es cierto que en principio los progenitores se decantan o "prefieren" por uno u otro hijo y casi siempre dependiendo del sexo del recién nacido.
    Pero no lo es menos que con el paso del tiempo y "aunque a todos los hijos se les quiera por igual" (lo que no es totalmente cierto) habrá predilecciones por uno u otro y esta vez, seguramente, no dependerá del sexo, sino de su capacidad para empatizar con el medio que lo rodea.
    Es un placer seguir tus pensamientos y tus exposiciones que constantemente nos ilustran y hacen pensar.
    Un beso y mi afecto, Antonio.

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  11. ¡Hola Antonio!

    En primer lugar, felicitarte por tu interesante entrada.

    En segundo: Tocas un tema que, generalizando, puedes tener toda la razón del mundo aunque pienso que, esa idea, puede estar influenciada por la tradición y por los famosos complejos de "Edipo y Electra". Que se han convertido en frases hechas y recurrentes.

    Conozco infinidad de casos en los que se da, como tú muy bien dices, esa unión de madre-hijo padre-hija pero, es al inicio, en la infancia... Cuando los hijos están formados, la niña siempre buscará a la madre para compartir sus problemas, porque sabe que la entenderá mejor y, el hijo,... bueno, el hijo se irá con la novia (es broma).

    Asusta pensar en la posibilidad de abusos de padres a hijos... y haberlos, los hay.

    Un fuerte abrazo.

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    "La vida es como un viaje en barco, subes y bajas según las olas. Gracias a los amigos, no pierdes el horizonte. Y cuando sufres naufragios, la amistad es la ancla que te apoya mientras buscas el nuevo rumbo".
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    Hola mi estimado Antonio, yo tuve 2 hijos y ambos fueron queridos por igual, pero mi segundo hijo necesitó más atenciones y cuidados de su mami y de su papi. Nunca sentí que hubo preferencias.
    Un abrazo.
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    (¸.•´ (¸.•´ .•´¸¸.•´¯`•-> ♥Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ SOYPKS Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ♥

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  13. Interesante entrada nos treas. No sé por qué razón, pero es en parte cierto y digo en parte porque a mis hijos los quiero como madre que soy, me preocupo por ellos y les deseo lo mejor.
    Pasa que la niña está mucho con su padre y el niño conmigo. Ambos tienen la misma confianza conmigo pero el crío mucho más.
    Decían, y no sé dónde, que las hijas son de los padres y las hijas de las madres. Me duele o siento alguna desazón por comentar que es cierto, pero "al pan pan y al vino vino".
    Insisto que se les quiere a los dos, pero hay más apego por el sexo contrario.
    Lo digo como madre y como hija.

    Un beso

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